La violencia está entre nosotros
La directora danesa Susanne Bier no puede negar que tiene el influjo de la mejor cinematografía de su territorio, con elementos del Dogma de Von Trier, del cine de Vinterberg y con puntos de contacto con otro director que si bien no es danés, recientemente nos ha dado un estreno muy logrado: Erik Poppe y sus "Aguas Turbulentas" (Critica aquí) con una manera de narrar prácticamente en la misma sintonía y con el mismo registro.
Bier, que fue conocida mundialmente por "Corazones Abiertos" y que luego ha filmado también interesantes propuestas como "Hermanos" y "Después del Casamiento - After the Weeding", con un trabajo en hollywood conocido aquí en DVD como "Lo que perdimos en el camino - Thing we lost in the fire" drama con Benicio del Toro y Halle Berry ya nos ha demostrado ampliamente el encanto y la sutileza con que puede apostar a contar historias fuertes, con personajes con el conflicto en carne viva y salir completamente airosa de no tener que echar mano a ningún golpe bajo ni ningún facilismo en el guión.
En este caso, su nueva obra "En un mundo mejor" cuenta con un esquema similar al de su mejor película "Corazones Abiertos", dos historias se entrecruzan en un hecho puntual que modifica sustancialmente la vida de sus personajes y que expone la problemática por la que están atravesando de una forma cruda y sanguíneamente emocional.
La primera historia da cuenta del conflicto de una familia que acaba de perder a su madre. El reciente viudo se hará cargo, como pueda, de la vida su hijo que mudándose a un nuevo pueblo se inserta en su ámbito escolar de una manera muy particular, actuando de protector de un compañero que es merecedor de todos los dardos de una violenta pandilla del grado.
Ese compañero, por otra parte es hijo de una pareja recientemente divorciada, cuyo padre es médico en Africa. Allí es el encargado, entre otras cosas, de dar ayudar a las "víctimas" de un dictador que humilla y lacera a las mujeres embarazadas.
La violencia que describe Bier primeramente en las poblaciones más carenciadas de Africa, muta y se intromete también en la burguesía europea, terreno donde la directora ya ha anclado en varias oportunidades.
El mundo violento lo padecen todos los personajes, directa o indirectamente y se plantea además la paradoja de que al mismo tiempo contribuyen a su formación, de una u otra manera. Lo padecen, son parte integrante, lo ocultan, lo niegan, discriminan: cada uno a su estilo forma parte de esta trama violenta sobre la que la directora quiere poner el acento, buscando una esperanza para el mundo mejor que propone el título.
Nuevamente el cine danés traspasa las fronteras de su propio país para transformarse en una voz de la región y del continente y se mete con temas como la venganza, el perdón, la redención -justamente aquí se subrayan aún más los puntos de contacto con el reciente estreno de "Aguas Turbulentas"- la violencia cotidiana, la nueva composición ante las rupturas familiares, la vida escolar y la exclusión.
No conviene adelantar mucho más de la trama, justamente porque al ir descubriendo las distintas capas que el mismo guión oculta y muestra, está quizás su mayor acierto, inteligente en su construcción aunque quizás algo esquemático en su planteo y sobre todo, sobre la parte final, se opaque tendiendo un manto inclinado hacia lo más políticamente correcto que el planteo inicial.
Bier se nutre de un increible trio protagónico, un "dream team" nórdico con Trine Dyrholm a la cabeza (hermosísima y enérgica protagonista de tantos otros títulos como "La Celebración" "El deseo en mi piel" y "Pequeño Soldado") junto a Mikael Persbrandt y Ulrich Thomsen (también visto en "La Celebración" "Agente internacional" y "Duplicity"). Cada uno da imprime su estilo para que también las actuaciones sean un punto fuerte de "En un mundo mejor".
Sobre el final, con estos guiños más cercanos a los de una historia convencional, el último trazo de Bier decepciona un poco, sobre todo teniendo en cuenta que es la ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera de este año y luego de un fuerte arranque, la historia quizás merecía un final con una postura más militante por parte de la directora.
Pero a pesar de las pequeñas observaciones, "En un mundo mejor" vuelve a mostrar cómo el cine de algunas latitudes a las que no accedemos a menos que sean ganadoras de grandes premios, aún tiene excelentes historias para contarnos.