Heavnen (título original danés) o En Un Mundo Mejor es la película ganadora del Oscar en la categoría "Película Extranjera" en la ceremonia pasada de este año, de producción danesa y dirigida por la talentosísima Susanne Bier, también oriunda de Dinamarca. Entre sus trabajos se encuentran las películas "Hermanos" y "Después de la Boda", dos exponentes de lo que es hacer buen cine, y en este ocasión vuelve con una historia poderosa, fuerte y que hipnotiza.
¿Bier se vuelve un poco más "comercial" con esta película? A quien le importa... Lo importante es que nos ofrece una historia poderosa, donde se exhibe esa dualidad del ser que tanto me gusta ver en pantalla, provocando un choque de emociones que se apilan y mezclan en 119 minutos de muy buen cine, emocionando, enojando, provocando, enterneciendo, sorprendiendo y más. Si no vamos a ver esto al cine, ¿qué vamos a ver?. Bier crea un film para el espectador, no para el crítico snob que odia las emociones y quiere "sutilezas" todo el tiempo.
En Heavnen se describe lo que evidentemente es el caos en la vida de los protagonistas que enfrentan dramas importantes, pero si en realidad vemos un poco más allá, las situaciones que se dan en la película no están lejos de la vida cotidiana, como el niño golpeado por sus pares en el colegio, la muerte de los seres queridos y los procesos de superación a esas muertes, la violencia verbal y física con nuestros vecinos, la falta de comunicación familiar y mucho más, todo esto resuelto en lo que realmente sería Un Mundo Mejor, porque la realidad es que nuestra vida cotidiana (hablando de las personas en general) muchas veces es muchísimo más dura de lo que nos describe la directora, o al menos no siempre finaliza como lo hace en el film.
Las interpretaciones de los actores es muy, muy buena, resaltando a Mikael Persbrandt (Anton) y Trine Dyrholm (Marianne) que cargan de emoción a su trabajo. Finalmente, la fotografía es extremadamente atractiva, con un manejo de los colores excepcional que diferencian claramente no sólo los escenarios, sino los cambios de estado de la historia.
Sinceramente recomiendo este film a todos los públicos, ya que encontrarán un planteo adulto, artístico e inteligente, pero sin aburrir y pecar con pretensiones snobistas que solo importan a unos pocos. Muy merecido el Oscar.