¿Quién puede dudar que vivimos en un mundo alienado, un mundo violento?, ¿quién no se ha preguntado alguna vez si el ser humano es violento por naturaleza o por "contagio"? Susanne Bier, se incluye con En un mundo mejor, dentro de ese grupo de directores que han tratado este tema desde algo tan notoriamente inocente como es la infancia. Bier nos cuenta la historia de dos pequeños que podrían ser cualquier niño del siglo XX, el nuevo de la escuela que ha perdido a su madre y tiene pésima relación con su padre y el de un aturdido muchachito de padres prácticamente separados que entablarán una amistad un tanto peculiar.
Es de estremecer en su narrativa aparentemente lenta y fría, ese sentimiento de resentimiento contenido, esa tensión que reina el panorama y que hace sudar al espectador porque sabe que todo es una gran bombra de tiempo a punto de estallar. Gran parte del acierto y logro de esta atmósfera tirante es la extraordinara labor actoral de estos jóvenes protagonistas, en especial William Jøhnk Nielsen quien personifica a Chirstian, un niño londinense que buscará canalizar su resentimiento por la pérdida de su madre en una especie de nuevo justiciero. Un pequeño gran actor que habrá que seguir de cerca.
La historia contada paralelamente con la del padre de Elias (Markus Rygaard), un médico que asiste a los pobres habitantes de un pueblo africano, da para incontables reflexiones sobre el sentido de la venganza, la violencia, la agresividad contenida, la relación padres-hijos. Imposible no hacerse preguntas luego de su visionado, imposible no reconocer aquello tan mentado de que la violencia engendra violencia mientras antagónicamente uno termina pensando cuál es la solución ante los pequeños y grandes enfrentamientos cotidianos cuando "poner la otra mejilla" es una actitud que aparentemente no siempre arregla las cosas. En este sentido, una de las escenas más significativas es la del padre tratando de demostrar a sus hijos, casi infructuosamente, que aquel agresivo mecánico que lo cacheteara luego de una estúpida discusión entre niños por una hamaca no es otra cosa que un pobre imbécil.
Sin alardeos efectistas ni manipuladores, sin tontos planteamientos moralistas, Bier y Anders Thomas Jensen, el guionista, plantean lo que muchas veces se nos puede escapar por lo obvio. En un mundo mejor es un film excelentemente armado, con una magnífica fotografía- hay que destacarlo- y actuaciones satisfactoriamente convincentes. Film duro y profundo aun cuando parecería ser contado con tanta simpleza y contemplación. Merecido Oscar entonces para esta directora dinamarquesa.