Notable química entre Cathérine Deneueve y el poco conocido Gustave Kervern
“Dans la cour”, literalmente sería “En el patio”, se conoce en Argentina como “En un patio de Paris”. El agregado del nombre de la capital francesa no traiciona el título original pero puede generar la curiosidad de saber dónde exactamente transcurre la acción de la película. Para ello el director Pierre Salvadori (“El restaurante”, “Mujer de lujo”) nos ayuda con una escena en que Antoine (Gustave Kervern), uno de los dos personajes centrales, entra en la estación de métro (subte) “Goncourt”.
La ciudad de Paris está dividida en 20 distritos conocidos como “arrondissements”. Entre los más turísticos se encuentran el 1º (Louvre), el 8º (Elysée) con la famosa avenue des Champs Elysées y el 9º (Opéra). La estación “Goncourt” se encuentra en el límite del 10º y 11º “arrondissement” y seguramente muchos turistas nunca pasaron por dicho barrio. Para los cinéfilos vaya el dato de que el subte que pasa por “Goncourt” sigue en la dirección noreste hacia la “Porte de Lilas”.
Sin duda estamos en una zona popular y de clase media baja a la cual claramente pertenecen la galería de personajes que van desfilando durante la historia.
En el inicio nos encontramos con el nombrado Antoine que abruptamente abandona un grupo musical y decide buscar trabajo. A falta de antecedentes laborales acepta lo que venga, que en este caso es ser portero en un edificio venido a menos.
Cuando llega lo recibe un matrimonio y Serge (Féodor Atkine) el marido se resiste a aceptarlo y le dice literalmente a su esposa que “el nuevo portero miente” y lo peor es “que miente mal”, agregando que “además habla sólo”. Pero a Mathilde, la mujer, le cae bien y lo expresa al afirmar que “al menos, no nos aburriremos”.
Del abundante elenco se destaca netamente Cathérine Deneuve en el rol de la jubilada Mathilde y sorprende con la maestría con que va desarrollando su personaje. La película fue filmada en la primera mitad del año pasado justo cuando ella cumplía 70 años y llevaba más de 50 como actriz. Su temprano debut fue a los 14 años en corto papel en “Les collégiennes” pero su salto a la fama fue siete años después con “Los paraguas de Cherburgo”. Un año más tarde Polanski la dirigió en “Repulsión” a los que seguirían Buñuel con “Belle de Jour” y “Tristana” y Truffaut con “La sirena del Mississippi” y “El último subte”.
Lleva filmados 110 largometrajes y además de la estrenada esta semana se la podrá ver en pocas semanas (“Les avant premières”) en las otras dos películas que protagonizó en 2014: “L’homme qu’on aime trop” de André Techiné (“Mi estación preferida”) y “3 corazones” de Benoit Jacquot.
“En un patio de Paris” tiene tono de comedia pero en verdad hay también cierto dramatismo, pues la mayoría de los personajes en el fondo están “solos”. Lo destacable en el film de Salvadori es la empatía que él logra con el público con diversos personajes secundarios como el obsesivo Maillard (Nicolas Bouchard), el drogadicto Stéphane (Pio Marmai), el ruso Lev (Oleg Kupchik) y su perro o la vecina Colette (Michèle Moretti). La mayoría de estos actores secundarios son bastante conocidos en Francia, no así en Argentina.
Pero por sobre todo vale la pena destacar la química que se desarrolla entre Mathilde y Antoine, con dos estupendas interpretaciones que por sí solas justifican la película.