Tristeza y melancolía
Extraño film de Pierre Salvadori, un menos que discreto realizador de la abundante producción industrial de origen francés. Extraño y sugerente por la elección de un tono melancólico que describe a algunos personajes que conviven en un viejo edificio de departamentos de París. Un nuevo cuidador del lugar (Gustave Kervern), una pareja de jubilados (Catherine Deneuve, Fedor Atkine) y otras criaturas que parecen salidas de un vodevil de atmósfera densa y taciturna. Un par de situaciones menores que conectan a los personajes y el sutil retrato de un micromundo lejos de la Torre Eiffel y el Arco de Triunfo, recorren una trama dedicada a sumar por medio de pequeños instantes, leves conversaciones, cruces de miradas y nada de gritos y voces estentóreas. En ese sentido, Antoine, el nuevo custodio del lugar, es el sujeto actuante y el punto de vista del relato; también, el personaje mejor trabajado desde el guión y el de mayor carnadura dramática ya que a partir de su fuerte e inestable presencia rondan los otros habitantes del edificio, especialmente Mathilde, que personificada por la diva Deneuve adquiere un mayor peso que aquello que le ofrece la misma historia. Extraño y curioso film En un patio de París, ubicado en un punto medio entre la comedia gris y el drama de perfil bajo, donde supuestamente sucede poco y nada, pero que en su delicada exposición se atreve a contar el paso del tiempo y las cicatrices y derrotas que no puede disimular un grupo de personajes particulares, metidos entre cuatro paredes, sobrevivientes de un mundo lejos del triunfo y de las bondades que ofrece la llamada Ciudad Luz.