En la cornisa
Personajes en la cornisa pululan en el micro universo de En un patio de Paris, comedia dramática, -por así decirlo- dirigida por Pierre Salvadori que cuenta con la participación de la gran Catherine Deneuve, rodeada de un elenco sólido entre quienes se destaca su coprotagonista Gustave Kervern. A pesar de la poca diferencia etaria, ambos comparten la soledad y algunos rasgos de excentricidad que genera un vinculo lo suficientemente sólido para que se complementen en una relación que pasa de lo laboral a lo afectivo en un in crescendo de situaciones donde se mezclan los dramas cotidianos de la protagonista en un rol de desquiciada para los ojos de su marido, con escenas un tanto absurdas que aportan los personajes secundarios que forman parte de una galería atractiva, en términos de construcción de personajes.
En un patio de Paris parece abordar desde un punto de vista más simbólico que literal los resquebrajamientos de las grietas del alma. Tal vez ocasionados por una rutina aplastante en el caso de Antoine (Gustave Kervern), quien abandona o fuga hacia delante de manera forzada al quedarse sin trabajo en un delivery, bajo la acusación de desmotivador y que busca nuevos horizontes como encargado de un edificio parisino con patio en el medio (de ahí el título local), o quizá para Mathilde (Catherine Deneuve) es sencillamente acercarse a la vejez y vivir en carne propia la crisis de una pareja que ya no la comprende ni la acompaña en sus aventuras, por más descabelladas que resulten.
Antoine y Mathilde se entienden en esa dinámica y caos, pero el film se contagia demasiado rápido de ese ritmo de acumulación de pequeñas viñetas o ideas que terminan por no explotar en términos dramáticos siempre unidireccionales. El humor absurdo por momentos desentona teniendo en cuenta que todo apunta siempre hacia el lado del drama personal de la mujer y existencial del encargado del edificio. Queda inestable, valga la paradoja, la relación que se establece entre la estructura edilicia al borde del colapso y el derrumbe emocional de cada criatura a quien la noche parece sentarle mejor que las mañanas, entre ellos el hombre que aúlla para dialogar con los perros de la cuadra.
En un patio de Paris es un film irregular a pesar de contar con una gran actriz, como Catherine Deneuve, capaz de insuflarle a su Mathilde su propia impronta y hacerla más querible que reprochable.