DOS NO ES SOLO UN NUMERO
La nueva realización de Pierre Salvadori habla de cómo a veces uno más uno no siempre da dos. O al menos intenta profundizar en algunas cuestiones que escapan a que desde su título “En un patio de París” (Francia, 2014) hagan siquiera al menos pensar en una trama que en el avance narrativo desplegará una sinergia de posibilidades de abordaje a un tema tan delicado como lo es el de la depresión y los trastornos psiquiátricos.
Sólo dos personajes le bastan a Salvadori para que el patio a que hace referencia el título, se transforme en el escenario y campo de batalla de dos personajes: Antoine (Gustave Kervern) y Mathilde (Catherine Deneuve) quienes se mostrarán como antagonistas en un primer momento para luego congeniar y llegar a muchos más puntos en común que los que pensaban.
Antoine escapa de algo y cree que en el aceptar el trabajo de portero del edificio en el que Mathilde vive desde hace tiempo con su marido puede darle una razón para vivir.
Pero él es nocturno, cocainómano, heroinómano y alcohólico, algo que seguramente no irá bien con las tareas de portería que deberá asumir.
Ya desde un primer momento Salvadori nos coloca en un lugar de conocimiento del que no querrá corrernos, sumándonos además información sobre Mathilde, con sus obsesiones y particularidades.
Con el correr del tiempo el vínculo entre ambos se fortalecerá y Antoine se sumará a las elucubraciones conspirativas que la dama creará sobre el estado del edificio en el que viven.
Película pequeña, con actuaciones logradas y una puesta en escena más teatral que cinematográfica, “En un patio de París” es una buena oportunidad para conocer hábitos y costumbres de la rutina parisina, alejada del glamour que siempre le impregnan los filmes.
También es una posibilidad de trabajar sobre una de las enfermedades más frecuentes de estos tiempos y la que, a pesar de las miles de pastillas que se han inventado, avanza sobre las personas con más fuerza que nunca.
PUNTAJE: 6/10