Enamorado de mi mujer es la cuarta película realizada por el actor, guionista y director de cine francés Daniel Auteuil, quien además interpreta al personaje principal de dicha cinta. Completan el resto del elenco Gerard Depardieu, Adriana Ugarte, Sandrine Kiberlain y Brigitte Audry, resultando un reparto nada despreciable.
Enamorado de mi mujer trata sobre el reencuentro de dos viejos amigos; por un lado Daniel (intepretado por Auteuil), quien es editor y convive con su esposa Isabelle (Kiberlain), y por el otro Patrick (Depardieu), que por el contrario recientemente se separó de su pareja, y en la actualidad sale con Emma (Ugarte), una mujer mucho más joven que él. La sugerencia por parte de Patrick de realizar una cena en casa de Daniel para que conozcan a su nueva novia no parece ser una idea muy conveniente ni amigable, principalmente por ser Isabelle la mejor amiga de Laurence, la ex pareja de Patrick, y estar indignada por el hecho en cuestión. Pese a la negación inicial, y de buscar Daniel la forma de evitar la realización de dicho evento sin ofender a su amigo, Isabelle termine accediendo, de forma inesperada. Una vez presentados, Daniel no tardará en sentir deseos sobre Emma, replanteándose en algún modo su forma de vida, dispersándose con demasiada facilidad, y quedando expuesto en más de una ocasión.
Pese a tener dos de los más grandes actores de su generación, ni Auteuil ni Depardieu (a quienes siempre podremos recordar por protagonizar cintas imborrables como Jean de Florette de Claude Berri, o El placard de Francis Veber), logran sacar a flote está comedia francesa con cruces dramáticos, que a la larga no cumple ni funciona como una cosa, ni la otra, quedando a mitad de camino en todo sentido. Y es que el problema no son las actuaciones, ni las elecciones de cada personaje, sino el entramado mismo del relato. Si bien en un comienzo algunas ocurrencias invitan a la risa,y la historia tiene de por sí un enfoque interesante, que podría llevarse a otro plano, a medida que avance la película, los chistes van perdiendo efecto, algunos muy simples, otros muy insulsos, las situaciones terminan hasta sintiéndose forzadas, y la propuesta cae al vacío. Quizás uno de los mayores méritos de Auteuil es lograr que Enamorado de mi mujer no se estire más de la cuenta, durando menos de una hora y media, y evitando al menos el aburrimiento del espectador, aunque ciertamente tal filme no merecía durar ni un minuto más.