Es la adaptación al cine de la obra que aquí conocemos como Sin filtro, con el Puma Goity y Carola Reyna. El guión lo hizo el mismo autor de la pieza teatral, Florian Zeller, pero no se limitó a trasladar escenas más allá del living y la cocina de la casa de Daniel e Isabelle.
La trama cambia bastante, porque hay escenas que, al menos en lo que se vio en el escenario del teatro La Plaza, no estaban.
El que está Enamorado de mi mujer, suponemos, es Daniel. Amigo de Patrick (Gérard Depardieu), lo recibe en su casa, junto a su nueva y mucho más joven pareja, Emma (Adriana Ugarte, de Julieta, de Pedro Almodóvar). El problema es que Patrick dejó a su esposa, íntima amiga de Isabelle, por ella.
En Sin filtro muchas de las cosas que piensan e imaginan los dueños de casa lo dicen en voz alta, casi sin querer. Y los juegos entre la fantasía y la realidad y, por ende, a veces la hipocresía es lo que da lugar en el teatro a los conflictos.
Pero en la versión cinematográfica pasan muchas más cosas, aunque todas estén dentro de la cabeza y la imaginación del dueño de casa.
Auteuil, como director, no ha acertado en darle a la historia un ímpetu, unos bríos que son necesarios para la comedia. Interpretó también a Daniel en el teatro, pero es evidente que no quedó anclado a su personaje.
Depardieu no hace mucho más que jugar como frontón, y devuelve una y otra humorada y/o diálogo, mientras que Sandrine Kiberlain está como pasada de revoluciones encarnando a Isabelle.
En fin, que como comedia no ofrece muchas situaciones reideras, como drama es inocuo, y tiene un final demasiado tirado de los pelos.