Leer un libro siempre es una buena opción
El espectador deberá tolerar una hora de acción ridícula y sin sentido con pretensiones de comedia, para llegar a algo parecido a una trama. En esa hora puede el público entretenerse contando las diferentes caras de una Cameron Díaz que definitivamente no cuenta con el cariño del director. Pocas veces se vió en pantalla a una actriz tan descuidada; por la luz, por el plano, por el maquillaje. Bueno, se darán cuenta que no hay algo mucho más interesante para comentar sobre una película que es la nada misma.
Un espía que es perseguido por el FBI usa como objeto de distracción a una mujer a la que cruza en el aeropuerto. El espía, interpretado por Tom Cruise, se gana la simpatía de la mujer, la multifacética Cameron, quien acaba involucrada en una caso de alta seguridad nacional en el que, obviamente, corre riesgo su vida.
Tiros, patadas, piñas, explosiones, corridas de toros, Díaz en bikini y Cruise en cueros son algunos de los ingredientes de un filme en el que el director James Mangold no encuentra jamás el rumbo, si es que tenía uno.