Disparate entretenido
Los primeros cuarenta minutos de Encuentro explosivo son realmente entretenidos. La historia de la chica que se topa en su camino a una especie de James Bond y se ve envuelta en una serie de asesinatos y persecuciones es llevadera y el dúo Cameron Díaz/Tom Cruise funciona bastante bien. El problema de la película es que cuando el ritmo se hace más lento y el espectador se pone a pensar lo que está viendo, la trama se vuelve medio insostenible. Ahí quedan dos caminos: uno es el de entender que el film es un disparate y bajarse, como quien se baja de un tren; el otro es entender que el relato es lo que es y lo que queda es dejarse llevar por su ritmo, sus persecuciones, sus diálogos y olvidarse de la verosimilitud.
Encuentro explosivo es la historia de un agente secreto que usa a una chica para que haga de mula en un aeropuerto y así pasar, sin que ella lo sepa, un artilugio de alta importancia para las potencias del mundo. La pila que el agente que interpreta Tom Cruise es al macguffin que utiliza la película para meternos en su historia de amor y de acción.
El agente y la chica común recorren el mundo, tratando de probar la inocencia del agente, protegiendo la pila y a su creador y tratando de descubrir a los traidores internos de la organización, mientras escapan de un traficante de armas. No es una genialidad, pero la sola presencia de Tom Cruise le da sentido y vitalidad suficientes como para sentarse en la butaca y zamparse un combo de gaseosa y pochochos (¿si, y qué?) con absoluta felicidad. ¡Berp!