Tom Cruise no viene atravesando un buen momento en su carrera. Luego de su sobreexposición, hace algunos años, en el famoso sillón de Oprah y su apoyo incondicional a la Cienciología, este "movie star" perdió muchos seguidores y no logró volver a tener un éxito en la taquilla.
Tras recaudar mucho menos de lo esperado con la tercer entrega de "Mission: Impossible", probó con el drama político "Lions for Lambs" que resultó un fracaso y luego eligió el thriller "Valkyrie", acerca de un atentado a Hitler, que no funcionó debido a un final obvio y la decisión de interpretar a soldados alemanes hablando en inglés.
Su único acierto fue la pequeña participación en la comedia "Tropic Thunder" donde, escondido detrás de mucho maquillaje, interpretaba a Les Grossman, un ordinario productor de Hollywood.
En este momento de su carrera, su mejor elección fue tomarse a sí mismo en broma y protagonizar una película liviana que le permita recuperar su público.
Su nuevo trabajo iba a ser en el film "Salt" (de próximo estreno, con Angelina Jolie), pero se bajó del proyecto y optó por hacer "Knight and Day", en donde interpreta a un agente secreto prófugo, que lo muestra como una parodia de su personaje Ethan Hunt en "Mission: Impossible".
El guión del novato Patrick O´Neill, que también pasó por manos de otros guionistas, propone una historia simple y conocida de persecución, mezclando acción, comedia y romance.
Un agente prófugo de la CIA, poseedor de un valioso objeto que muchos desean, se cruza con una mujer en el aeropuerto. Pronto, ella se verá involucrada en sus problemas y deberán escapar juntos de quienes buscan eliminarlos.
El director James Mangold (que cuenta con una variada filmografía que incluye "3:10 to Yuma", "Walk the Line", "Identity", "Kate & Leopold" y "Copland") aprovecha la química y oficio de las dos estrellas de Hollywood para sacar adelante una película que sin ellos no existiría.
El carisma y simpatía de Tom Cruise y Cameron Diaz les alcanza para interpretar dos roles que no los exige como actores.
Paul Dano ("There Will Be Blood") y Viola Davis ("Doubt") aparecen deslucidos en roles secundarios.
La elección de los malos deja mucho que desear, con Peter Sarsgaard ("Orphan") y Jordi Mollà ("Blow") en un lugar que les queda grande.
Al igual que en las de James Bond, la persecución permite llevar a sus protagonistas por distintos lugares del mundo, una buena excusa para mostrar New York, el Caribe y Sevilla.
Tiene algunos momentos divertidos (el mejor, el escape con ella drogada) y varias buenas secuencias de acción que alcanzan para pasar un rato entretenido en el cine.