CON LA MUERTE EN LOS TALONES
Acción, romance y humor por partes iguales son los ingredientes que ofrece esta espectacular película protagonizada por Tom Cruise y Cameron Diaz en una historia que gustará tanto al público femenino como al masculino debido a su inteligente relectura del género.
Encuentro explosivo es una de esas películas que nos devuelve de lleno las premisas y los conceptos del arte cinematográfico clásico. Actualizado, adaptado a los tiempos que corren, pero con el mismo espíritu feliz y festivo que justificaba –y sigue justificando- el pagar una entrada y tomarse un par de horas para ir al cine en lugar de perseguir copias dudosas en DVD o bajadas de Internet. Con menos de dos horas –como se hacía antes– la película tiene acción, romance, suspenso, humor y aventuras en dosis que no permiten ni un minuto de distracción y aburrimiento. Construída minuciosamente con todos los preceptos cinematográficos de Alfred Hitchcock, la película es, alcance a notarlo o no el espectador, un festival hitchcockiano lleno de vitalidad y alegría. Porque eso sí, si bien las citas y las líneas provienen de diferentes films del maestro inglés, lo cierto es que Encuentro explosivo (Knight & Day es el brillante juego de palabras del título original) se alínea dentro de los films de aventuras y acción de Alfred Hitchcock. Films como La dama desparece, Intriga internacional, Saboteadores, Cortina rasgada, entre otros del realizador. ¿De qué trataban esos films? Si a las tramas en sí mismas nos referimos, trataban de nada, giraban en torno a los famosos McGuffins, esas excusas argumentales que Hitchcock usaba para crear una intriga que luego se terminaba convirtiendo en los menos importante de todo. ¿Y entonces qué es lo más importante? Lo más importante es, como siempre en Hitchcock, el amor. El amor que en estos films encuentra a una pareja en el momento del enamoramiento. Entonces una última pregunta: ¿Cómo es el enamoramiento según Hitchcock? Es como Encuentro explosivo. Es un carrusel desaforado donde todo parece posible, donde la lógica queda a un costado y donde lanzarse siempre es una buena decisión. El concepto de verosimilitud aplicado a un film como éste habla de la pobreza intelectual de los espectadores –o críticos– aferrados a formas naturalistas y alejados de cualquier metáfora. Analizar este film desde ese lugar no es solo una manera segura de despreciarlo, sino también una forma incorrecta de analizarlo. El humor que posee la historia es una buena pista que nos invita una y otra vez a asumir este disparate visual que no es otra cosa más que un viaje por el nacimiento del amor –y el deseo– en una persona. Porque sí, está claro, que a pesar de que la historia parece centrada en ese agente secreto impecable que interpreta Tom Cruise, lo cierto es que la película se basa en la aventura sin igual que enfrenta el personaje interpretado por Cameron Diaz. Ella es la mujer común metida en una historia extraordinaria tal como solían estar los hombres en los films hitchcockianos. Ella, como la protagonista de La dama desaparece, va camino a una boda. No es la boda de ella, pero es una boda que activa su reloj biológico y la vincula fuertemente con la figura de su padre ya muerto. Ella tiene en la narración un sutil protagonismo mayor, un punto de vista que recién se empareja al final cuando se intercambian los roles. Como la protagonista de Vértigo, ella es desnudada mientras están inconsciente, otro acto con una simetría más adelante. Como el protagonista de Cortina rasgada, hay un profesor con un secreto y también un villano que no se deja matar simplemente con un cuchillo. Todos y cada uno de los recursos de Hitchcock surgen una y otra vez, y no falta ni siquiera un buen tren –alguien, como Hitchcock, dice amar los trenes– y una rubia que expresa abiertamente su deseo sexual. A diferencia de Misión:Imposible y sus continuaciones, el punto de vista de la historia es el punto de vista femenino y no debería extrañar que la película tuviera mejor repercusión entre las mujeres que entre los hombres, si es que acaso se produjera tal diferencia. Lo que si queda claro, y a juzgar por la pobre recepción en Estados Unidos, que no se trata de un film ideal para adolescentes varones por lo ya mencionado. Y aunque admiro a varios de los grandes éxitos de taquilla de los últimos meses, no deja de inquietarme un poco que las enseñanzas del maestro no tengan hoy la misma recepción que antes. Pero eso es hacer estadísticas, en lo concreto, Knight & Day (que como buena pista romántica parafrasea a “Night & Day” de Cole Porter) es una de las experiencias más felices y divertidas del año. Pasen y vean, y recuerden siempre lo que decía Alfred: el cine es el arte de llenar una sala vacía.