El encanto de Jennifer Aniston y muy poco más
Garry Marshall será siempre recordado como el responsable de convertir a Julia Roberts en superestrella con la Cenicienta moderna "Mujer bonita", pero últimamente se ha dedicado exclusivamente a un raro nuevo género totalmente personal, que lo convierte en una especie de auteur de las películas efemérides. Es que ya se ocupó del fin de año, el Día de Acción de Gracias y el Día de los Enamorados en películas corales en donde en distintas historias relacionadas con el día en cuestión varios personajes se van interrelacionando, con situaciones que oscilan en el típico tono "le hará reír, le hará llorar, lo emocionará.
Esta vez se trata del Día de la Madre al que se refiere el título original (en los Estados Unidos se lo festeja en una fecha diferente al nuestro, tal vez por eso los distribuidores locales prefirieron traducirlo de modo totalmente distinto), sigue la fórmula al pie de la letra, con un buen elenco, especialmente en lo que tiene que ver con las tres protagonistas, aunque no tan espectacular como en ocasiones anteriores.
Hay una chica que casi nunca ve a su madre, otra que está divorciada y se vuelve loca con sus hijos, una que está muy ocupada como para ser madre y otra que querría saber quién es su mamá. Incluso, en un rapto de originalidad, Jason Sudakis imita al Pacino de "Qué buena madre es mi padre", sin lograr que dejemos de extrañar al actor de "Scarface".
Y la verdad es que ni Julia Roberts ni Kate Hudson brillan demasiado. En todo caso, la buena actuación y el encanto de Jennifer Aniston como la madre divorciada casi redimen una película llena de todos los lugares comunes posibles, a la que se recomienda descubrir en algún zapping televisivo.