Ser madres hoy
Historias entrelazadas por el Día de la madre, la comedia tiene a Jennifer Aniston y Julia Roberts como puntales.
Garry Marshall, a los 81 años y con 55 transitando en el medio, es un especialista en las comedias románticas con toques dramáticos. Saltan en el recuerdo Mujer bonita, El diario de la princesa, y especialmente Año nuevo y Día de los enamorados, que eran también películas corales, como Enredadas, que tiene menos personajes, pero cuenta con el mismo ritmo zumbón.
Enredadas es un entrecruce de historias, con la excusa del Día de la madre englobándolas. Hay madres e hijas e hijos, y padres, parejas ensambladas, parejas de un mismo sexo, parejas de diferentes credos, parejas divorciadas y un viudo.
Como para que no haya espectador que quede excluido desde la platea.
La historia troncal sería la de Sandy (Jennifer Aniston), separada madre de dos hijos, a quien le cae la sorpresa de que su ex le pide compartir del Día de la madre, ya que, otra bomba, se acaba de casar con una joven con la que quiere viajar a París... cuando con ella estuvieron doce años planeando el viaje sin resultados.
Sandy es amiga de Jesse (Kate Hudson), que no se habla con su madre desde hace años, que en secreto se casó con un hindú y tuvo un hijo, y cuya hermana vive en la casa de al lado con su mujer y un hijo que ella adaptó como propio. Y como el mundo es un pañuelo, Sandy también se encontrará con Miranda (Julia Roberts), exitosa conductora de venta de artículos por TV, que no sabe que es madre de otro de los personajes que surcan por la pantalla en vuelo rasante y con un viudo con dos hijos (Jason Sudeikis).
Si el problema con este tipo de comedias es que no se llegue a profundizar ninguna de las tramas, Marshall lo salva con ahínco. Hay mucho diálogo, y sin tener un medidor a mano es fácil contabilizar un gag y medio por conversación entre dos o más personajes.
Aniston, por suerte, esta vez se aleja del prototipo de comehombres o guasa que venía eligiendo en la pantalla, y logra que Sandy sea un personaje querible, entrador y sobre todo, comprador. Roberts tiene el papel si se quiere más dramático, y está acompañada así como en un guiño por Héctor Elizondo como su manager, que aparecía sólo diez minutos como el conserje del hotel en Beverly Hills de Mujer bonita, que había dirigido quién otro que Marshall.
El guión, escrito no a dos ni a cuatro sino a ocho manos, hasta por momentos presenta distintos tipos de humor -de enredos, farsa, más gráfico o directo, slapstick o físico- de acuerdo al personaje. Es una comedia para ir a cine en pareja, en cualquiera de los formatos o apariencias antedichas más arriba.