Disquisiciones sobre la educación
Hay miles de maneras de contar una historia. Hay autores que opinan que los relatos son tan sólo un puñado y de ellos surgen todos los cuentos que se hayan contado. La historia de Enseñanza de vida no es demasiado original, pero plantea problemáticas interesantes y muy bien llevadas a partir de su premisa inicial: una jovencita estudiosa de un colegio inglés que se enamora de un hombre mayor que la lleva a conocer un mundo que su rígido padre le tiene negado. Desde ese lugar, la historia disparará una serie de interrogantes muy evidentes, que son planteados directamente por la protagonista a los demás personajes, que tienen que ver con el valor de la educación.
La realizadora encargada de este proyecto es Lone Scherfig, una directora danesa que ha ganado notoriedad por filmar bajo los principios del Dogma 95 y también por un filme que ha tenido bastante circulación, llamado Italiano para principiantes, estrenado en nuestro país en el año 2002. En Enseñanza de vida se la ve cómoda en su trabajo, alejándose de los estrictos postulados del manifiesto danés.
Carey Mulligan es la gran sorpresa de este filme, como Jenny, la joven estudiante, súper aplicada y cuyos padres obligan a dedicarse full time al estudio como única vía para un futuro próspero. Pero Jenny conocerá de casualidad a un encantador hombre mayor, llamado David (Peter Sarsgaard) que la convencerá de a poco y a fuerza de buenos modales, delicadeza y elegancia, de que el mundo del que la han privado y que ella anhela conocer -el mundo exterior, el mundo del arte, de los recitales, de las salidas nocturnas-, vale la pena. Pero, para ello, David deberá también persuadir a los padres de Jenny de que es un hombre decente y con buenas intenciones. Su encanto es tal que no tardan en caer rendidos a sus pies, pero lo interesante es cómo, de repente, el estudio deja de tener la importancia primordial que tenía en un comienzo. Y ese cambio, esa puja entre ganarse un futuro de la mano de una enseñanza superior o de la mano de un hombre rico que la quiera como esposa es la clave de la historia. Jenny le pregunta a su padre: "¿Por qué en vez de a la mejor escuela no me enviaste a un bar?" y en esa pregunta está la esencia del relato y lo que quiere disparar.
A pesar de que Sarsgaard no da de inmediato el perfil de hombre encantador, se defiende bastante bien en su rol. Alfred Molina está muy bien en el papel de padre rígido y también hay buenas participaciones de Rosamund Pike -como Helen, una amiga de David que viene a ser la imagen del futuro de Jenny, una rubia superficial y completamente hueca, que hace honor a su lugar de mujer de un hombre rico- y de Emma Thompson como la directora del colegio, otro de los personajes interesantes que nos brinda el filme.
Si Enseñanza de vida pierde algo de terreno es porque termina recurriendo a soluciones facilistas en el climax de la película. Construye un gran momento con una serie de circunstancias que terminan reacomodadas por circunstancias demasiado simples en el momento en que los problemas más feos se ponen. Pero, sin dudas, es valorable el buen trabajo del guión que va desarrollando con intensidad el relato y lo mantiene en un buen nivel hasta los últimos minutos. El final no es decididamente malo, pero pareciera ser demasiado liviano para un desarrollo que suponía algo más arriesgado.
Enseñanza de vida es una buena historia, contada de una manera interesante y con una actriz que saltará próximamente a la fama, con un encanto muy particular y gran talento para la interpretación. Hay mil maneras de contar una historia y Lone Scherfig eligió una muy buena forma de meternos dentro de esta y que nos importe lo que sucede. Probablemente sea eso lo que la hace merecedora de una nominación a un Oscar.