CUANDO UNA DECISIÓN TE CAMBIA LA VIDA
Las decisiones marcan el camino de una persona y a veces equivocarse puede ser de gran ayuda, pese al mal momento que esta pueda originar. Ese es el foco de este film, una historia muy sencilla que sin tener pretensiones conmueve y deleita los sentidos con su tenue desarrollo y su calidez visual.
Jenny está a punto de cumplir 17 años, es una calificada estudiante, respetuosa y muy correcta en todo sentido. Su familia, autoritaria y poco conciliadora, quiere que ella lleve adelante una vida de estudios y diplomas. Una tarde lluviosa conoce a un muchacho mayor que le va a ir cambiando poco a poco la manera de ver la realidad, cuyas consecuencias van a dar un giro en su vida.
La película se centra solamente en contar dicha anécdota, limitándose a entrar en el desarrollo profundo de los personajes secundarios, lo cual fue un gran acierto. Es así como poco a poco el espectador, y gracias al increíble trabajo direccional del film, se va sintiendo cómplice de la protagonista, va emocionóndose y riéndose junto con ella. Teniendo siempre una intención muy marcada que se desplaya muy sutil y duramente en los diálogos finales, la cinta va desarrollando diferentes cualidades que la enriquecen visual y actoralmente.
La labor realizada por cada uno de los intérpretes es increible y si bien Carey Mulligan (Jenny) es quien se destaca por encima de todos, quienes la acompañan hacen un trabajo muy destacable. Dicha actriz dota a su identidad ficticia de un carisma maravilloso combinando la inocencia de una chica de su edad con la madurez que ella misma dice tener. Un personaje muy tierno y una actuación que va de la mano en todo momento del mismo. Peter Sarsgaard (David) hace un trabajo muy correcto, la química con Carey está muy bien lograda y él, en sus momentos protagónicos, mimetiza las necesidades de su personaje. Alfred Molina, indudablemente el mejor trabajo masculino de esta cinta, logra otorgarle la seriedad, la experiencia, la dureza y el disfrute (cuando aparece David) que Jack necesitaba. A su vez, en personajes secundarios pero importantes, Olivia Williams y Emma Thompson, como la maestra y la directora respectivamente, plasman en sus pocas palabras las intenciones de sus personajes.
El film no es más que una enseñanza de vida, con el propósito de hacer pensar al espectador, identificarlo con alguna expresión o escena y atraerlo con ese maravilloso mensaje desarrollado al final. Cuan importante es la educación en nuestras vidas y pese a que las personas tengan diferentes ideologías, esta es la base del respeto, la honestidad y la fidelidad.
Por el lado técnico logra destacarse el increíble trabajo de ambientación de la década de los sesenta en Inglaterra, respetando las modas, las expresiones y ese aroma a seriedad y respeto que se siente en el escritorio de la profesora. La música es muy bella y el trabajo de dirección muy correcto.
“An Education” es una película sencilla, que dura lo justo y que desarrolla una historia para debatir luego de terminada la misma. Un film muy delicado desde lo visual, lo actoral (bellísimo trabajo por parte de Carey Mulligan) y lo dramático. Una bella cinta que hay que experimentar y disfrutar. A veces es mejor tomar el camino más largo y no el incierto y fácil atajo hacia la felicidad.
UNA ESCENA A DESTACAR: los 15 minutos finales