Provocación sin argumento
Con una demora de tres años se estrena el tercer largometraje del director argentino radicado en Francia Gaspar Noé. La película en el año 2009 fue mal recibida en Cannes y se entiende por qué: la narración es muy floja y la película demasiado larga.
Introducción, nudo y desenlace. Las reglas del guión tradicional dicen que para que la historia funcione no puede faltar ninguna de las tres partes. Tal vez se les pueda invertir el orden o tal vez el final pueda quedar abierto y aún el guión siga funcionando. Sin embargo si el faltante es el nudo, como ocurre en Enter the Void, la película se hace difícil de sobrellevar y más aún si dura casi tres horas.
Oscar(Nathaniel Brown) y Linda(Paz de la Huerta) son dos hermanos que viven en Tokio. Oscar trabaja de dealer y Linda como bailarina erótica. A Oscar lo matan de un tiro en el baño de un bar. Oscar se drogaba con hongos y químicos fuertes y estaba leyendo el libro de los muertos. Un rato después nos enteramos de que los padres de Oscar y Linda murieron en un accidente de tránsito y que los chicos hicieron un pacto para no separarse nunca jamás. Por eso Oscar empezó a trabajar como narcotraficante y consiguió pagarle un pasaje a la hermana para que se vaya a vivir con él a Tokio. Esa es la introducción. Al final, después del minuto 145, llegará el desenlace, en una escena que pretende ser romántica pero resulta sumamente desagradable, Oscar, el muerto toma la decisión que debía tomar según el libro de los muertos. En el medio no pasa nada, no hay intriga, no hay misterio, no hay humor, no hay historia. Solo son escenas inconexas, luces de colores, sexo que no aporta a la historia, más drogas, un aborto, violencia y secuencias provocadoras que el espectador se pregunta si era necesario tener que observar.
Oscar muere en el baño de un bar e inicia su viaje.
Oscar muere en el baño de un bar e inicia su viaje.
Las escenas provocadoras como pueden ser filmar un aborto o una violación(como hizo el mismo Gaspar Noé en Irreversible con Mónica Belucci) tienen un sentido si son filmadas dentro de un contexto y un guión que las sostenga. Quentin Tarantino es un maestro en ese tipo de acciones. Alejandro González Iñárritu(Babel) es un experto en rodar desnudos, violencia, sangre y dolor sin ningún sentido. Lamentablemente Enter the Void se parece mucho más al cine de Iñárritu que al de Tarantino.
Enter the Void, viaje de muerte y drogas sin sentido.
Enter the Void, viaje de muerte y drogas sin sentido.
Tampoco se pueden rescatar las actuaciones. Si bien no son malas, la dirección les redujo todas las virtudes. Por ejemplo al decidir filmar a Oscar casi siempre de espaldas, Noé le quitó toda la expresividad a la cara de Nathaniel Brown. Y Paz de la Huerta, a quien Noé sí decidió filmarla más de frente (aunque principalmente del cuello para abajo) tampoco consiguió mostrar las facetas de su personaje.
Dentro de un panorama oscuro, de golpes bajos, de escenas desagradables y de un guión que hace agua por la falta de nudo, apenas se destaca la idea de que la cámara esté en constante movimiento y sea ella quien siga y persiga los personajes para narrar la historia. Sin embargo, esa virtud también termina fallando por la decisión del director de excederse en los planos aéreos. Lo que resulta una pena porque queda claro que Gaspar Noé tiene el ingenio, la originalidad y la desinhibición para filmar más que bien. Sin embargo en Enter the Void ha derrochado todo su talento en escenas inútiles, inconexas, provocadoras y sin sentido.