Más cursilería que drama
Cada tanto llegan a la cartelera tanto peliculas israelíes como palestinas. Por cierto, bastante pocas; en general, las palestinas enfocan mejor historias que podrían ser de un policial o cualquier otro género, pero fatalmente el asunto va a dirigirse siempre al conflicto interminable de Medio Oriente. En cambio, las peliculas israelíes suelen tener una aproximación un tanto más corrosiva, a veces provista de un humor negro que funciona con un visión critica.
No es este el caso de "Entre dos mundos", que utiliza una no especialmente elaborada trama de melodrama para plantear una relación conciliatoria entre una chica árabe y una mujer judía profundamente ortodoxa en sus creencias, con la típica idiosincrasia de esa parte de la población nada interesada en integrarse con sus vecinos árabes, ni mucho menos aceptarlos en su familia. Y es que justamente hay un lazo de sangre que une a las dos protagonistas, eso gracias a que una de ellas oculta su auténtica identidad. Todo esto podria haber salido de una telenovela, y en realidad se parece a un típico drama televisivo que se toma todo con una seriedad terrible, como si el tono de tragedia solemne le diera automáticamente calidad a un film. "Entre dos mundos" interesa por el tema, tiene buenas actuaciones y una fotografía interesante, su puesta en escena es lenta y un ritmo moroso capaz de provocar un coma como el que sufre el hombre que une a estas dos mujeres.