Esta historia se encuentra bien contada, la directora se toma sus tiempos, gran parte se desarrolla en las habitaciones y pasillos de un hospital. Muestra el conflicto que viven dos familias ante la enfermedad, por un lado un hombre enfermo que es visitado por un familiar y por otro un joven judío herido que queda en estado de coma después de un atentado terrorista, quienes lo cuidan son sus padres pero también se encuentra en ese lugar una joven de origen árabe Amal (Maria Zreik) que apenas se atreve a acercarse a su novio y su presencia es casi a escondidas. Son varios los días de internación y con el paso del tiempo, los pocos personajes van entrelazando sus vidas, sus conflictos, sus secretos, sus reproches y mentiras. Se pueden observar momentos de tensión y angustiantes que generan buenos climas. Una historia sin golpes bajos, que llega al corazón.