Los docentes son personas en las que muchas veces, no reparamos. Más allá de que tengan buena prensa (en general) y en tiempos políticos se los invoque todo el tiempo como los grandes hacedores del cambio, lo cierto es que en la práctica, en la cotidianeidad, muchos de ellos pasan desapercibidos para los padres de sus alumnos. Pero esto no sucede igual con quienes siguen sus pasos. La influencia que ellos reciben, es algo a veces imperceptible, pero comprobable y potente.
"Entre ellas el tiempo" caracteriza una vínculo que ha permanecido a través del tiempo. En el, se muestra como la relación entre el maestro y su discípulo, si es significativa y profunda, puede desafiar los encuadres, proponiendo actualizaciones de esos espacios que juntos transitan.
Ana, con 24 años y en 2002, se atreve a dar clases de danza en La Cava, un humilde barrio donde no es fácil hacer pie. Es en ese año donde conoce a una niña llamada María. Ella tiene 6 años. Es una bailarina nata. Y luego de entender eso, comienzan un camino juntos. En 2006, ambas deciden hacer una pequeña obra y hacia 2010 se animan a pensar en algo más grande, en una actividad que las hermane como colegas.
Pero claro, la vida pasa. No pide permiso. Ana, con 33 queda embarazada y María, con 16, también. Increíble. Deben detener su tarea y esperar que el tiempo pase para volver a poner en marcha la maquinaria creativa y vital que las une. Y es entonces cuando, desde otro lugar, pasan a ser compañeras y dirigidas por otra colega y se animan a materializar su sueño; concretar esa obra juntas, como la soñaron hace tiempo...
Esta es la historia que cuentan Ana Alvarez y su marido, Matías Bertilotti. Los dos deciden mostrarnos su registro de este proceso y la impronta de su vínculo a través de un recorrido ameno y didáctico. Somos testigos de la pasión que sienten por la danza y de cómo van reformulando su relación en función del proyecto.
El film ofrece un registro interesante, emotivo (el inicio del film es conmovedor, aunque en ese punto desconozcamos las razones de ese abrazo entre Ana y María) y la sucesión de escenas donde ellas van creciendo junto a sus hijos, son decididamente cálidas. Desde el punto de vista cinematográfico, quizás la manera en que se editó podría haber sido menos simple, y desde la dirección se podrían haber pensado en alternativas para amenizar el relato, con otros recursos.
El resultado final es un documental correcto, que tiene una historia atrayente y la presenta, directa y sin demasiados elementos mediatizadores. Es una fotografía que va mutando con el correr de los años, presentada con pocos pero valiosos segmentos. A tener en cuenta.