Abrumada por la fe ciega y el fervor de la joven novicia Hadewijch, la madre superiora la expulsa del convento. Hadewijch vuelve a ser Céline, de 20 años, hija de un diplomático. Su apasionado amor a Dios, su rabia interior y su encuentro con Yassine y Nassir la conducen por caminos peligrosos.