Vida y valor a cada palabra.
Dos hombres que aparentemente no tienen nada que ver entre sí, se juntan a partir de una sociedad en común. Esto resolverá cuestiones intrínsecas que cada uno debe arrastrar dada su realidad social, familiar y cultural. Nace así una amistad cuya profundidad destrabará hasta los más difíciles infortunios, y dará luz a sus oscuridades.
The Professor and the Madman (2019) es un drama biográfico basado en el libro “The Surgeon of Crowthorne”, de Simon Winchester. Se relatan dos historias en paralelo que se cruzarán en el desarrollo; por un lado el profesor James Murray (Mel Gibson) comienza a compilar palabras para la primera edición del Oxford English Dictionary a mediados del siglo XIX; y por otro el Cirujano William Chester Minor (Sean Penn) que es encarcelado en un manicomio por asesinato y es declarado insano. El doctor Minor ayudará a Murray a realizar las compilaciones y asociaciones.
El director iraní Farhad Safinia además es co-guionista de esta adaptación que se destaca por la atinada reconstrucción de la época, música, vestuario, locaciones y escenografía; quizás un punto débil sea el trabajo de edición y su duración para algunos espectadores. Las actuaciones del elenco son destacables, acompañan muy bien a los protagonistas. Cuenta con escenas sangrientas e impresionables, realizadas de manera eficaz y, por tanto, creíbles. Los diálogos son extensos y poéticos, lo que hace más llevadero el film de ritmo peculiar. Se vale de flashbacks para que comprendamos el motivo de locura del personaje que interpreta Penn. El mensaje más importante que rescato tiene que ver justamente con las palabras y la utilidad que le damos, y es que cuando las personas logran conectarse desde un lugar genuino, no necesitan palabras para comunicarse.
“El cerebro es más amplio que el cielo”… “Si no hay amor, entonces no hay chance de redención”… frases cuyas connotaciones son infinitas… Uno brillante y otro loco, se necesitan y complementan; el “loco” vive sumergido en la oscuridad por hechos traumáticos del pasado; sin embargo, se siente en verdad libre cuando lee, puede salir del lugar en donde se encuentra y ser el único genio capaz de sacar de la oscuridad a un erudito… una alegoría que puede aplicarse a muchos casos, personas y situaciones…