Una historia que merece ser contada
El clima bucólico que atraviesa este relato aborda la búsqueda de las raíces y de la identidad sexual. Un joven viaja al campo para reencontrarse con su abuela enferma y su madre, y enciende un drama profundo que llega al espectador sin artificios.
Exhibida en la edición anterior del BAFICI, la ópera prima del director Nelson Schmunk explora con sensibilidad los vínculos familiares en un pueblo rural al que llega el joven Emanuel -Javier De Pietro- con la intención de visitar a su abuela enferma -Frida Herbes- y que está al cuidado de su madre -Eugenia Alonso-.
Ese encuentro -y desencuentro- dispara la historia hacia otras direcciones relacionadas con la búsqueda de las raíces, la identidad sexual y los secretos que se mantienen ocultos ante el resto. Emanuel comprende que el motivo que lo impulsa a fortalecer el lazo con su pasado, también le servirá para reconstruir la historia de su familia inmigrante alemana y de su propio futuro.
Entre Ríos, todo lo que no dijimos no parece un primer trabajo de un realizador joven por la sólida factura técnica y las convincentes actuaciones del elenco profesional y de los no-actores. Todo es medido, sutil, y la narración transcurre entre silencios, baños, caminatas y desayunos campestres. En esos días en los que el protagonista recorre parte de su pasado también pone en evidencia el choque de culturas de un chico acostumbrado al vértigo de la ciudad.
La fotografía de Martín Benchimol juega con las tonalidades que ofrece el marco escenográfico natural y está acompañada siempre por los oportunas intervenciones musicales de Sebastián Romero Bernhardt.
El clima bucólico atraviesa este relato que, a partir de una mirada autobiográfica, encuentra secuencias emocionantes y de una verdad que necesita ser contada. Sin dudas, uno de los mejores estrenos argentinos en lo que va del año.