Don Juan de Jersey
Joseph Gordon-Levitt debuta como director-escritor-protagonista con Entre sus manos (Don Jon, 2013), acerca cómo nuestras expectativas egocéntricas definen nuestras relaciones. Antes hizo 50/50 (2011), acerca de cómo las relaciones duran hasta que dejan de servir. Y antes hizo (500) días con ella (500 Days of Summer, 2009), acerca de cómo el amor no basta. Habría que coronarlo rey de las comedias románticas anti-fórmula. Y pensar que empezó como el obnubilado nerd de secundaria en 10 cosas que odio de ti (10 Things I Hate About You, 1999).
Digo “comedias románticas” porque Entre sus manos es cómica y porque el romance es su tema, aunque el molde de comedia romántica le queda chico. Es un estudio de dos personajes muy distintos que se enamoran o al menos buscan el amor en el otro porque sus patologías así lo dictan. Jon (Joseph Gordon-Levitt) sale con Barbara (Scarlett Johansson, en su papel más carnal) porque es adicto al porno, y determina que tener sexo con Barbara debe ser lo más parecido que hay al porno (ayuda que la interprete Johansson). Barbara sale con Jon porque es apuesto y fornido, pero también porque detecta que puede hacer de él el hombre galán y educado que le han vendido las comedias románticas que tanto consume.
“Don” Jon narra la película en primera persona, y a su favor vende su adicción al porno como algo tan serio como el juego o la droga. La película no es exactamente sobre el porno, pero pasa bastante tiempo a espaldas de Jon mientras se masturba frente a la computadora, o subrayando su viciosa hambruna con montajes de clips pornográficos mientras nos explica por qué disfruta más del porno que del sexo. El porno le da exactamente lo que quiere y cuando lo quiere, mientras que el sexo le resulta engorroso porque se hace de a dos.
Barbara entra en su vida, y son dos personajes geniales para tener en la pantalla todo el tiempo. Jon como el engominado zángano que los domingos va a casa de sus padres a comer pasta en musculosa y siempre está a punto de trompearse con su padre (Tony Danza), Barbara como la infartante “mujer de rojo” que en realidad es una niña mimada de alcurnia cuyo cuarto esconde peluches y un poster de Titanic. Ninguno es muy inteligente pero gracias a sus actores ambos resultan entrañables. La combinación recuerda a la de Sailor y Lula en Corazón salvaje (Wild At Heart, 1990): los personajes trascienden el estereotipo y se ubican ya en el reino del arquetipo.
¿Por qué sería ésta una historia arquetípica? Porque desvela una experiencia universal – la naturaleza intrínseca de las relaciones egoístas/masturbatorias – de una forma única y dentro de una cultura específica, en este caso el de un New Jersey de clase media baja. No se contenta con seguir una fórmula generalizada, al menos no hasta que llega el personaje de Julianne Moore, que parece más un recurso narrativo que las caracterizaciones impecables que son Jon y Barbara. Fuera de eso Entre sus manos es un excelente debut para Joseph Gordon-Levitt como guionista y director: ha hecho una película confiada, observadora, graciosa y bastante cierta.