El director Jia Zhangke es uno de esos realizadores chinos que se ha mantenido a la vanguardia del cine -específicamente, de la sexta generación- de su país, excepto por un diferenciador clave en toda su obra: no obedece a los estatutos propagandísticos impuestos por su turbia situación política. En su lugar, opta por empaparla de un desbordante interés hacia la humanidad, así como un revelador -e íntimo- estudio sobre la evolución social, económica y, desde un lado crítico, diplomática de lo que es su nación de origen. Y ahora, tras más de 25 años consolidándose como un talento inoxidable, ofrece una película que recoge todas las virtudes de su cine, un sensible retrato de sus intereses titulado Jiang hu er nv (Ash is Purest White / Esa Mujer).