El director chino Jia Zhang-Ke nos da una semblanza a través de sus personajes de China desde el año 2001 hasta el 2018. La protagonista es Qiao (Tao Zhao, muy buena composición del personajes, le da matices y se luce en todo momento), hija de un sindicalista y novia de un mafioso llamado Bin (Liao Fan impresionantes actuación).
La trama se encuentra muy bien ambientada en una China que comprende desde el año 2001 hasta el siglo XXI con todos sus cambios, culturales, políticos y tecnológicos. Una narración donde los protagonistas ponen en juego al amor, pasando por la traición, el olvido y la desolación. Además el film cuenta con muy buenas escenas y planos, goza de una buena estética y una adecuada paleta de colores. Posee una amplia gama de paisajes y todos los rubros técnicos se destacan, a pesar que le sobran algunos minutos.