¿Habrá imaginado Lucía S. Ruiz que las imágenes que registró en 2000 con una cámara VHS terminarían transformándose en un documental? Las tomó durante un viaje a Madrid y París, ciudades importantes para su abuelo Pepe, nacido en la capital de España y exiliado en la de Francia en plena Guerra Civil. En este film lleno de lirismo, esos recuerdos reaparecen puntuados por una voz en off que juega un rol decisivo. Es interesante lo que se cuenta y también cómo es narrado: queda claro que la directora llevó años esa película cargada en su imaginario, tantos como para hacerla aflorar con una sensibilidad conmovedora y una determinación estética notable.