Un thriller para chicos
Un actor en su salsa, filme de terror para adolescentes y mensajes ocultos: una mezcla para sufrir y disfrutar.
Con Escalofríos, el director Rob Letterman, tal cual lo hizo en Los viajes de Gulliver, reincide en esto de contar la historia de un escritor protagonizado por su actor fetiche. Pero su nueva obra poco tiene que ver con la anterior. El filme se inscribe en ese cine de frontera, que apunta a un público adolescente, con atmósferas de suspenso cercanas al tuna mezcla para sufrir y disfrutar.error, muy propias de una clase de literatura que ahora gana sonido e imágenes en un subgénero que crece y quema etapas, el thriller para chicos.
Ya lo dijimos aquí, la escritura, la literatura, son claves para el trasfondo de la historia. El punto de partida son los libros de Robert Lawrence Stine, un estadounidense autor de novelas de terror para chicos (un autor real), que aquí es interpretado por Jack Black, experto en esto de ponerse al frente de causas adolescentes sin desentonar. Es uno más.
La historia comienza cuando Zach (Dylan Minnette) y su mamá se mudan a Deleware tras la muerte su padre. En su mundo apagado y triste conoce a Hannah (Odeya Rush), su hermosa vecina, que resulta ser nada menos que la hija del misterioso escritor. Pronto descubriremos los secretos de Stine, los fantasmas que hibernan en sus libros, macabras y ocurrentes criaturas con las que saltó a la fama, que finalmente huyen del encuadernado para vengarse de su autor. Sobran metáforas sobre el mundo de la literatura y un ritmo de persecución y huida en el que vamos descubriendo a los personajes. Una sobresaltada historia de amor incipiente, amistades casuales, un autor que necesita reescribir su trama personal para devolverle la paz a su mundo, y las causas y consecuencias de la literatura, incluso en este rubro, como trasfondo.
Allí aparecen los monstruos, un catálogo de engendros pesadillescos y perseguidores, y las metáforas útiles, como la falta de señal en el celular por culpa de los libros, o Stephen King como inspiración, o el héroe que enamora a la chica por su valentía inusual. Y también personajes adorables, con los que construimos vínculos fuertes, a los que quisiéramos, porque los necesitamos, traer a la vida real.