Jack Black se pone en la piel del escritor R.L. Stine para protagonizar esta aventura familiar llena de fantasía y extrañas criaturas. Sus creaciones literarias cobran vida y atormentan a un apacible pueblito americano, si, todo muy al estilo de “Jumanji” (1995).
Las comparaciones son odiosas, pero en este caso se hace imposible evitarlas. “Escalofríos” (Goosebumps, 2015) toma la fórmula de aquel gran clásico de los noventa interpretado por Robin Williams, para contarnos algo bastante parecido, pero con una vueltita de tuerca.
El director Rob Letterman –que vuelve a repetir junto a Jack Black tras “Los Viajes de Gulliver” (Gulliver's Travels, 2010)- pone al mismísimo autor como protagonista de su historia, mezclando una extraña realidad con la fantasía desbordada que aportan sus fábulas de terror para chicos y adolescentes.
La película toma el nombre de una de las series literarias más exitosas de todos los tiempos –sí, hay chiste sobre eso-, y a sus estrambóticos personajes. Todo arranca cuando el joven Zach (Dylan Minnette) y su mamá abandonan la gran ciudad por el tranquilo pueblito de Greendale, en Maryland, para comenzar de nuevo después de la muerte de su padre.
Típico adolescente taciturno que no encuentra su lugar en el mundo, el chico pronto conoce a Hannah (Odeya Rush), su vecinita, y a su estricto padre que no le permite salir de la casa por extraños motivos.
Tras varios malentendidos, el chico y su nuevo amigo Champ (Ryan Lee) logran colarse en la vivienda de la joven y es ahí donde empiezan los problemas. Una biblioteca llena de manuscritos celosamente resguardados y una llave, se convierten en una tentación demasiado grande para estos curiosos adolescentes. Desde las páginas de un libro se escapa una enorme criatura, el Yeti, y desde ahí, ya no hay vuelta atrás para esta locura.
El autor, R.L. Stine (Black), llega en el momento preciso para salvar las papas, pero en el embrollo también se liberó el malévolo Slappy, un vengativo muñeco de ventrílocuo que no tiene la mínima intención de volver al encierro, y decide liberar a todos sus congéneres de tinta para destruir todo a su paso y vengarse del hombre que los encarceló para toda la eternidad.
Seres espaciales, insectos gigantescos, muertos vivos… ustedes elijan la criatura que más les guste, si Stine la imaginó, cobra vida a lo largo de la película. Lo que sigue es una aventura contra reloj para salvar a los habitantes del pueblo y lograr detener a Slappy y su diabólico plan sin morir en el intento.
Todo es caos, acción y humor en clave adolescente, aunque bastante más naive de lo que uno podría (o quisiera) imaginar. “Escalofríos” es sólo eso, una aventura familiar, entretenida, pero que no aporta gran cosa en una época donde todo ya está dicho y hecho.
Son los jovencitos los que llevan adelante la historia, bastante más reales y menos estereotipados de lo que estamos acostumbrados a ver. Punto a favor. En cuanto a Jack Black, bueno, es Jack Black, con sus manierismos y muecas de marca registrada que suelen volverse repetitivos y molestos, pero acá parece un poco más controlado.
Si volvemos a comparar con “Jumanji” y sus veinte años de antigüedad, podemos decir que envejeció muy bien y que sus efectos (dramáticos y especiales) siguen siendo incluso mejores que los de esta prima lejana del siglo XXI.
“Escalofríos” tiene su violencia contenida, sus sustos a medio camino y la cuota de humor necesaria para convertirse en una aventura fantástica para toda la familia, hecha y derecha, aunque tal vez, la disfruten muchísimo más los pequeñines, cuyas mentes están menos saturadas que las nuestras.
Dirección: Rob Letterman
Guión: Darren Lemke
Elenco: Jack Black, Dylan Minnette, Odeya Rush, Amy Ryan, Ryan Lee, Jillian Bell, Halston Sage.