Escalofríos

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Jack Black se pone en la piel del escritor R.L. Stain para la adaptación cinematográfica de Escalofríos. Alejándose del relato en forma de antología como proponía la serie, pero manteniendo el mismo espíritu.

Todos tus monstruos

Adaptar una serie de TV al cine nunca es una tarea sencilla. Mucho más si dicha serie es una antología de cuentos de terror, y en esta oportunidad que apunta al público juvenil. Si indagamos un poco en la historia podemos encontrar el caso de La Dimensión Desconocida. Con una accidentada filmación de por medio, la cinta se estrenó en 1983 manteniendo un formato muy similar al de la serie: cuatro relatos totalmente independientes, unidos por un prólogo y un epílogo que simplemente ayudaban a darle un marco. Es cierto que ambas series están a años luz de distancia y que R.L.Stain no es ningún Rod Serling, pero para los chicos que crecieron durante la segunda mitad de la década del 90 y estaban dispuestos a dejarse llevar por sus cuentos de horror (y ya habían visto todos los capítulo de la muy superior Eerie, Indiana), el show sirvió por lo menos como un acercamiento algo naif al género.

Pero para su debut en la gran pantalla Escalofríos se reinventa y se aleja del formato de antología que tan bien le funcionó a lo largo de cuatro temporadas y que otras series del mismo estilo mantuvieron con su llegada al cine, intentando unir todo el universo creado por R.L. Stain en un solo relato. La película cuenta la historia de Zach (Dylan Minnette), un joven que junto a su madre se muda a un pequeño pueblo del interior de Estados Unidos después de la muerte de su padre. Su nuevo hogar no parece un lugar demasiado excitante para un adolescente, pero las cosas empiezan a cambiar cuando conoce a su vecina Hannah y a su excéntrico padre, quien resulta ser ni más ni menos que R.L Stain. Una noche, al abrir por accidente uno de los manuscritos originales de Stain, Zach libera todos los monstruos salidos de la imaginación del escritor. Con el pueblo invadido por estas criaturas, nuestros héroes deberán dejar sus diferencias de lado y salvar a su comunidad de la destrucción.

Jack Black en la piel R.L Stain es un verdadero acierto. El actor de School of Rock interpreta una divertida versión, casi caricaturesca del escritor, manteniendo buena química con el resto del joven elenco que tambien cumple sin demasiados inconvenientes. Pero si Escalofríos termina funcionando tan bien como lo hace es gracias su guión. No caben dudas que gran parte del éxito de la serie y las novelas cortas en las que se basa podría otorgarse a su simple pero efectivo funcionamiento, con personajes basados arquetipos, tres actos claramente definidos y una sorpresa final incluida. El libreto escrito por Darren Lemke (Jack: El Cazagigantes) basado en un argumento original de Scott Alexander y Larry Karaszewski (responsables de joyas que van desde como Ed Wood y El Mundo de Andy hasta Adorable Criatura), mantiene una estructura similar a la serie y encuentra una forma muy creativa de trasladar el universo de Stain al cine. Con el humor en regla y el corazón en el lugar correcto, la película resulta una efectiva aventura ATP para los espectadores más chicos, pero con suficiente cerebro y dobles lecturas para que lo más grandes tambien le puedan sacar algo de provecho. Como también es usual en este tipo de producciones hollywoodenses, la película no puede evitar "dejarnos un mensaje", y termina poniendo innecesariamente en palabras algo que ya había quedado en claro desde el guión.

Aunque hay un gran despliegue de efectos especiales, no todos están a la misma altura. Tenemos desde una mantis gigantes bien diseñada y animada, hasta un hombre lobo que muestra la peor cara del CGI. Casi todas las criaturas están creadas desde cero por computadora, pero existen algunos pocos personajes con efectos prácticos como los zombies o Slappy, el diabólico muñeco de ventrílocuo que era uno de los favoritos en la serie y aquí tiene más protagonismo que el resto de los monstruos. Por el costado del 3D es siempre la misma historia, no suma ni resta.

Conclusión

Escalofríos es uno de esos extraños casos donde la diversión para los más chico está garantizada, y al mismo tiempo los más grandes también podrán disfrutarla sin aburrirse. Al igual que Pixels hace algunos meses, Sony se despacha con otra aventura ATP donde no es poco lo que se le debe a la década del 80, funcionando como una suerte de Monster Squad sin rebeldía y más naif, pero no por eso menos efectiva. Una película para llevar a los chicos, comprar un balde de pochoclos y a divertirse con ellos.