En la víspera de Halloween llega la nueva película protagonizada por Jack Black, basada en los famosos libros, que mezcla terror y humor.
En 1992 el autor estadounidense R.L Stine comenzó a publicar una serie de libros de terror dedicados al público infanto-juvenil bajo el nombre de Goosebumps (Escalofríos fue la traducción para Latinoamérica) que fueron un éxito absoluto tanto en ventas como en crítica. Hasta 1997 se lanzaron 62 tomos y luego el escritor continuó realizando distintas series bajo la misma temática como Tales to give you Goosebumps y Give yourself Goosebumps.
A diferencia de la serie de TV que adaptó los libros, en la que cada episodio estaba basado en sólo una de las ficciones de Stine, la película de Rob Letterman (El espanta tiburones, Los viajes de Gulliver) toma todos sus personajes característicos y los une en una sola historia.
Zach (Dylan Minnette) es un joven que se muda desde Nueva York a Madison, Delaware, ya que su madre (Amy Ryan) consigue un trabajo como vicedirectora en el colegio del pueblo. El día de su llegada conoce a su vecina Hannah (Odeya Rush), una chica con la que entabla una buena relación y un pequeño juego de seducción adolescente. El problema es que su nueva amiga tiene un extraño y sobreprotector padre (Jack Black) que lo amenaza desde un primer momento con que no se acerque a su hija o algo malo le va a pasar.
Una noche en la que escucha ruidos y gritos sospechosos en la casa de al lado, Zack decide ir, junto a su compañero Champ (Ryan Lee), a investigar qué es lo que pasa. Allí descubren los manuscritos de la serie Escalofríos (que existen en la película de la misma manera que lo hacen en la realidad) cerrados con candado. En un arrebato de curiosidad logran abrirlos, para descubrir que no eran sólo libros viejos.
Los personajes de las historias salen de las páginas para amenazar a todo el pueblo y sobre todo a su autor, R. L Stine, que resulta ser ni más ni menos que el padre de Hannah. Con su ayuda, los tres adolescentes tendrán que perseguir a los monstruos durante la noche e intentar que vuelvan a estar dentro de los manuscritos mágicos.
Para pensar en el grado de eficacia que tiene el film de Letterman, hay que considerar que el objetivo de los libros de Stine siempre fue asustar a jóvenes y chicos, con personajes como El hombre de las nieves, Slappy el muñeco, el hombre lobo, el chico invisible o los gnomos del jardín. Durante su hora y 43 minutos, hay varios momentos en los que los más chicos van a querer taparse los ojos con sus manos, pero no es exclusivamente una película de terror.
Sin embargo, se logra un buen equilibrio con las cuotas de humor que van de la mano de Jack Black, quien por momentos encarna aspectos interesantes del famoso escritor y por otros simplemente es…Jack Black. Un dato interesante es que además de estar frente a cámara, el actor también le da la voz a Slappy, en donde muestra tonos más diabólicos y caricaturescos.
El trío de adolescentes cumple bien su función de acompañar a Black, sobre todo Dylan Minnette, que muestra pruebas de que puede tener un buen futuro dentro de la industria.
En cuanto a lo visual, el largometraje está bien compuesto, con buenos efectos digitales y más de 20 monstruos que parecen muy reales.
Escalofríos es una mezcla de terror, humor, romance y entretenimiento, sobre todo para los más chicos y adolescentes, pero hecho para que los adultos también pasen un buen rato. Para aquellos que hayan leído aunque sea alguno de los libros, la experiencia será aún mejor ya que la esencia de esas historias está bien plasmada en la película. El cameo del verdadero R. L. Stine es, quizás, un modo de darle su bendición.