Como una de Scorsese sin la mano de Scorsese
"Algo de esto realmente pasó dice un título al comienzo de "Escándalo Americano". El estilo de tomar un hecho real y ficcionalizarlo a gusto tiene que ver un poco con films de directores como Martin Scorsese y Paul Thomas Anderson, en películas como "Buenos Muchachos" y "Boogie Nights", respectivamente.
La historia real de "Escándalo americano" tiene que que ver con un agente federal que luego de atrapar a una pareja de estafadores intentó utilizarlos a ellos y a sus mismos trucos para atrapar funcionarios corruptos mezclados en negocios con la mafia. Christian Bale y Amy Adams interpretan a la pareja de estafadores, Bradley Cooper es el agente federal y Jeremy Renner es el alcalde que quedará pegado a la investigación.
La historia realmente podría haber servido a una gran película de los directores mencionados, pero así como la filmó David O. Russell termina pareciéndose a como luciría una película de Martin Scorsese, pero sin la dirección de Scorsese. Justamente éste es el principal problema de una película que ya a la mitad de la proyección se vuelve demasiado larga, y sobre todo, demasiado hablada.
Esto no significa que "Escándalo Americano" no tenga sus cualidades. Básicamente el encuentro entre los personajes de Bale y Adams al principio del film es auspicioso y atractivo en su ambientación de época setentista, que lamentablemente luego se va volviendo más obvia y grotesca a medida que avanza la acción.
También la historia da lugar a escenas muy divertidas, especialmente la que involucra a un jeque árabe que en realidad es un agente del FBI mexicano y que debe enfrentarse a un capo mafioso que habla árabe. Hay personajes secundarios muy atractivos, pero el ritmo se va interrumpiendo cada vez que el director y también guionista- se ocupa de la vida conyugal del protagonista con su esposa Jennifer Lawrence, que pocas veces agrega algo de interés a una trama que, por otro lado, podría haberse adentrado en asuntos mucho más sustanciosos relacionados con la mafia y la política.
Del mismo modo, el soundtrack parece una copia no tan lograda de los grandes éxitos del rock, pop y soul clásico que suele usar Scorsese, e incluso algunas de las canciones están ubicadas de una manera tan obvia que casi arruinan las escenas en vez de potenciarlas. En el elenco lo mejor lejos es Amy Adams, cuya actuación de falsa aristócrata británica casi justifica por sí sola ver la película, y la caracterización de Christian Bale a veces funciona bien y a veces se aleja hacia lo grotesco igual que muchos de los elementos de este film que daba para más.