Abscam.
Ese fue el nombre clave con el que se denominó a la histórica operación encubierta del FBI, en 1978, que derivó en el encarcelamiento de varios congresistas de los Estados Unidos por causas de corrupción.
La particularidad de esta investigación es que fue muy polémica ya que resultó organizada y liderada por un famoso estafador llamado Melving Weinberg.
Un muchacho que tenía serios problemas con la ley y trabajó para los agentes federales para evitar que lo enviaran a prisión.
En su momento esto fue un escándalo que tuvo repercusión internacional y en Hollywood enseguida intentaron producir la película.
A comienzos de los ´80 se anunció un film con esta historia que iban a protagonizar Dan Aykroyd y Jim Belushi.
Sin embargo, la muerte de Belushi en 1982, por sobredosis de drogas, pinchó por completo este proyecto y luego quedó todo en la nada.
Desde entonces el caso Abscam fue mencionado en varios filmes como Donnie Brasco (Johnny Depp) y series de televisión.
Inclusive en Seinfeld trataron el tema en su momento.
Escándalo americano es la primera película que se hizo sobre esta historia.
Sin embargo, la trama que presenta el trabajo del director David O. Russell es una interpretación imaginaria de cómo podrían haber sucedido los hechos.
Los actores principales interpretan personajes ficticios que estuvieron inspirados en algunas personas reales que formaron parte de Abscam y el film es una adaptación libre de este tema.
A diferencia de lo que hizo el director Russell con El luchador, donde narró con fidelidad la historia del boxeador Mickey Ward, en este proyecto no se concentró demasiado en la rigurosidad del caso real.
Escándalo americano por ese motivo se enfoca principalmente en la relaciones que se gestan entre los personajes y sus historias personales.
La película comienza con una gran escena inicial, donde se presenta al personaje de Christian Bale, que es perfecta por la manera en que el director logra envolver al espectador en el relato desde los primeros minutos.
Un momento que representa una metáfora de las falsedades y el mundo artificial en el que se desenvuelven los protagonistas, obsesionados por obtener a su modo el sueño americano.
Al ver la película queda la sensación que el director estuvo mucho más interesado en explorar estos temas y las relaciones entre los protagonistas que el caso Abscam que termina relegado a un segundo plano.
No fue casualidad que Bale, Bradley Cooper, Amy Adams y Jennifer Lawrence terminaran nominados en los premios Oscar dentro de las categorías principales de actuación.
A lo largo del film cada uno de ellos tienen al menos una escena que les permite destacarse a lo grande. El trabajo que brindaron todos los miembros del reparto es el principal motivo para recomendar este film, ya que están brillantes y formaron un gran equipo.
Tal vez el caso más notable es el de Jennifer Lawrence, debido a que su personaje aparece más tarde en el conflicto pero luego su rol cobra bastante importancia y termina por robarse varias escenas con algunos diálogos fabulosos.
Con este proyecto David O.Russell intentó emular el cine de Martin Scorsese algo que también se puede percibir en las elecciones musicales que conforman la banda de sonido, que por cierto, es muy buena.
En realidad no existe en el mundo un buen director que en algún momento de su carrera no haya tomado elementos del arte de Scorsese, pero en este caso la referencia es mucho más burda y está claramente presente en la película.
Si uno desea objetarle algo a esta producción se lo podría hacer en el campo del guión donde hay algunas inconsistencias que no tuvieron los trabajos previos de este realizador.
El problema de Escándalo americano en estos aspectos es que parece un film improvisado donde a lo largo del conflicto se presentan varios momentos banales que carecen por completo de sentido.
Algunos ejemplos son la innecesaria escena de baile en la discoteca entre Amy Adams y Bradley Cooper, que no aporta demasiado a la trama central, o el "mini musical" de Jennifer Lawrence, donde baila y canta "Live and Let Die" que es una situación bizarra que sale de la nada y tiene poco que ver con el tono que tenía previamente la película hasta ese momento.
Sí, la escena es divertida pero es cualquiera.
Esta cuestión por supuesto no opaca las enorme virtudes que tiene el film y el hecho que en términos generales sea una muy buena producción.
La realidad es que David O. Russell vive una excelente etapa en su carrera y con esta labor sumó otro notable trabajo a su filmografía que vale la pena conocer. No porque tenga muchas nominaciones al Oscar sino porque es una gran película.