De acá no sale nadie
Stallone es un capo armador de fugas carcelarias, un genuino "Houdini" de los tiempos actuales, que además de haber escrito libros y demostrar cosas increíbles para ir huyendo de prisiones, le tienden una trampa y así va parar a una cárcel de máxima -pero férrea posta- seguridad, que ni tan siquiera se sabe donde está. Allí conocerá a Rottmayer (Arnold Schwarzenegger) y la química maravillosa del cine "buddy" -aquél que sus protagonistas forman imbatible dúo- hará el resto.
Haber juntado como artífices de una aventura que nunca durante su proyección baja la guardia o se permite tan siquiera un minuto de aburrirnos es más que un hecho fortuito para los degustadores de una de súper-acción cinéfila como "las de antes". Se sabe que estos dos astros sesentones de Hollywood tienen la fortuna de saber reírse de si mismos, y tomarse el pelo entre ellos, hay una línea de diálogo donde Arnold al recibir un golpe de puño de Sly le dice "Pegas como un vegetariano!". El paródico guión, descabellado a veces -especialmente en las ideas que va confeccionando Stallone para rajarse de los presidios- ayuda a un producto efectivo desde su propuesta lúdica.
Como si fuese poco suma a la pareja protagónica a actores relevantes como Jim Caviezel -el Jesús de la peli de Mel Gibson- que hace un villano malvado memorable, a Sam Neill, Vincent D'Onofrio y Amy Ryan -aquella madre inolvidable de "Desapareció una noche"-, redondeando un filme recomendabilísimo para pasar un rato olvidándose del mundo externo y las pesadumbres diarias, si ud. las tiene...aquí está el santo remedio.