Otra condena brutal.
Dos íconos del cine de acción se han reunido para el deleite de sus fanáticos. Sly y Arnold, los actores más exitosos de la historia del género, comparten protagonismo en la pantalla como nunca antes lo habían hecho (ya habían trabajado juntos, pero nunca ambos en roles protagónicos) y terminan entregando no menos de lo esperado: una película entretenida.
Desde ya, Escape plan despliega una historia altamente improbable, pero bien presentada. La falta de verosimilitud del relato es compensada por una narración sólida que invierte tiempo en describir y desarrollar a sus personajes, ciñéndose a muy buenos estándares cinematográficos. Hay buenas cámaras, buena edición y un guion decente, que si bien posee imperfecciones, también tiene algún que otro destello de ingenio.
Escape plan es cine entretenimiento y cumple como tal. Stallone hace un buen papel, Schwarzenegger acompaña como puede y Caviezel se adapta a las necesidades de su personaje. Quizás la conclusión sea un poco apresurada, pero dentro de todo es una historia bien contada que no defraudará a los aficionados del género.