Juegos de escape
Escape Room parte de una premisa que, si bien no es novedosa, apunta bien a la hora de usar la mira para alcanzar su objetivo. Tiene un comienzo liviano en tono ligero de comedia, luego se endurece un poco para darle la ruptura necesaria a la situación en que los personajes comenzarán a hacerle honor al título, aprendiendo a cada paso como salir de los planteos de cada habitación. Luego el juego se pone denso y los sucesos van sorprendiendo a los participantes de lo que en principio parece una actividad lúdica para empresarios aburridos y nerds y pasa luego a convertirse en una amenaza nada sutil.
Por desgracia la sorpresa inicial se va diluyendo con el correr de los minutos hasta que la utilización del planteo termina por tornarse liviano y pobre; hasta casi diría obvio. Es entonces que los personajes (alerta spoiler) (no pensé que iba a usar esta frase en una reseña) que sobreviven pierden peso, identidad, por lo que creo es una deficiente construcción de su imagen e interés; así se vuelven poco reales. Bueno, todo lo reales que pueden ser en una película como la que nos ocupa. Eso deriva en el hecho que no tengan fuerza por sí mismos para sostener el nuevo camino trazado desde el guion.
Quizás un trabajo de mayor profundidad los hubiera hecho (a ellos y a las situaciones por venir) más creíbles y menos…planos. Nadie en su sano ejercicio del rol de espectador más o menos avezado en este tipo de films -con trabajo abierto para una continuación- puede tomarlos en serio.
Una pena que una película que, si bien no se lleva ni en sueños la máxima calificación (voy a aplicar de ahora en más los Gastones al mérito) prometía un entretenimiento llevadero pero que al final se desinfla y aburre. Se desaprovechan las posibilidades a partir de la premisa planteada. Por las dudas, si quieren escapar, identifiquen apenas ingresen a la sala la salida de emergencia. 7 Gastones.