Seis desconocidos reciben una invitación para participar de un juego de escape con una recompensa económica interesante para el que resulte ganador. Sin embargo, se darán cuenta de que lo que parecía solo lúdico se volvió real y que su propia vida estará en juego.
La trama de “Escape Room” es similar a la de otras cintas de este estilo de films, como la saga “El juego del miedo” o la película canadiense “El cubo”, donde seres humanos que no se conocen entre sí se encuentran encerrados en un lugar particular y que deberán trabajar en conjunto para intentar salir de ahí. Pero siempre habrá alguien tras las sombras que esté jugando con ellos y que utilizará trampas mortales sobre los distintos miembros del equipo.
Partiendo de la base, entonces, de que “Escape Room” no propone una historia novedosa, el espectador que acepte estas condiciones podrá disfrutar de un film entretenido e intenso. A partir de las distintas salas que ofrece el juego iremos conociendo poco a poco el trasfondo personal de los diferentes protagonistas, para indagar sobre la selección de cada uno de ellos para el juego y cómo se encuentran conectados entre sí, a pesar de tener perfiles diversos. En este caso se utiliza, en varias oportunidades, el recurso del flashback, que por momentos queda medio forzado y nos saca de la tensión que estábamos viviendo, pero que es funcional para abordar el contexto de los personajes.
El tono del film dista bastante del gore presentado en, por ejemplo, “El juego del miedo”, cuyos films van escalando en el exceso de sangre. En este caso predomina el suspenso y la tensión, sin caer en muertes impactantes, pero que están bien resueltas. Es una historia que sugiere más de lo que se muestra. La banda sonora también ayuda a construir este clima, y en un momento se vuelve un elemento clave para la trama.
Los escenarios están muy bien confeccionados y ambientados, tanto en el aspecto visual como en su concepto. Están muy bien pensados los detalles de las pistas, como también la relación con los distintos personajes. Se sienten muy realistas, y los efectos especiales están muy bien utilizados.
En cuanto al elenco, nos encontramos con varias caras poco conocidas o vistas en algún que otro film o serie, a excepción de Deborah Ann Woll, cuyo papel de Karen Page en “Daredevil”, “The Punisher” o “The Defenders” hace que la tengamos presente. A ella se le suman Logan Miller, Taylor Russel, Jay Ellos, Tyler Labine y Mil Dodani. Comocionábamos, cada uno de los actores interpreta un perfil distinto dentro del grupo que ayudará al trabajo en conjunto. En este sentido, las distintas actuaciones son muy correctas y nos muestran diferentes actitudes del ser humano. Una parte muy importante de este estilo de películas es exponer a las personas hacia diversos límites para mostrar su reacción y su verdadera cara. Acá también se comportarán según su pasado y por lo que tuvieron que transitar.
Tal vez lo menos logrado de “Escape Room” sea su final, un poco sobre explicado, pero que luego de que el público crea que la historia llegó a su fin, sigue continuando, escalando en cuanto a lo absurdo y explotando, de una manera no tan atinada, el concepto que se abordó a lo largo del film. A veces menos es más y una resolución más sencilla nos podría haber dejado un mejor gusto.
En síntesis, si bien antes de ver “Escape Room” el espectador sabe con qué se va a encontrar, porque repite el estilo de otros largometrajes vistos anteriormente, va a pasar un momento entretenido y un viaje vertiginoso a través de estos distintos escenarios que provocarán suspenso y tensión. Buena construcción de personajes y revelaciones que sorprenderán a pesar de lo que uno espera. Una resolución un tanto floja que viene a sobreexplicar y a querer darle mayor vuelo a una historia que estaba bien llevada y que podría haber terminado de una mejor manera. Pero sin dudas uno de esos films que logran otorgar puro divertimento para todos aquellos que disfrutan de acotadas locaciones y de grandes (y mortales) desafíos para los protagonistas.