Una aproximación al malamente famoso Pablo Escobar, pero en realidad, es un personaje secundario y el protagonista es un canadiense que tuvo la mala suerte de enamorarse de una sobrina del temible traficante. Primero lo idolatra y luego sabe que lo matará y trata de huir. En ese sentido el film tiene su suspenso y una buena reconstrucción de época y escenarios. Pero tenerlo a Benicio del Toro y dejarlo en segundo plano es un pecado, para dejarle lucimiento a Jopsh Hutcherson.