El infalible Hugh Grant en su mejor forma
El actor hace lo que sabe hacer y para muchos es suficiente. Una historia de superación y segundas oportunidades sobre un guionista cuya suerte cambia al conocer a una mujer.
Sin demasiada exposición, casi en silencio, desde hace varios años (y unos cuántos títulos) crece una legión de admiradores en todo el mundo que sin dudarlo, firmaría su incorporación a un hipotético club de admiradores de Hugh Grant. Desde Cuatro bodas y un funeral para acá -con mojones fundamentales como Letra y música, Notting Hill, Un gran chico y Realmente amor-, algo así como un "queremos tanto a Hugh" habilita y eleva a la categoría de ineludible cualquier trabajo del actor británico, que hay que decirlo, no importa qué características tenga el personaje que le caiga en suerte, siempre se las arregla para imponer su physique du rol de galán despistado, un poco chanta y un tanto perplejo, al que se le agrega ahora la condición de inmaduro crónico.
Escribiendo de amor tiene a Grant como centro del relato para que haga lo que sabe de memoria, es decir, el realizador Marc Lawrence conoce muy bien al adorable Hugh -lo dirigió en Letra y música, ¿Y dónde están los Morgan? y Amor a segunda vista-, así que sin pudor, se asienta en el histrionismo del intérprete para que lleve adelante una livianita historia de superación y segundas oportunidades, en donde sin esfuerzo, personifica a Keith Michaels, un famoso guionista de Hollywood, ganador de un Oscar por una memorable película que todos recuerdan y que, por cierto, fue hace varios años. Sin trabajo y con el ánimo por el piso, acepta un puesto de profesor en una universidad bien lejos de Los Angeles.
Convencido de que es incapaz de enseñar nada a nadie y menos en un taller de escritura creativa, el guionista que no quería ser maestro va llenando todos los casilleros de los errores posibles dentro de un ámbito universitario, desde acostarse con una alumna hasta emborracharse en una reunión de profesores y ponerse en contra a la eminencia docente del campus con chistes misóginos.
Pero habrá un nuevo comienzo para Keith, que empieza a tomar forma a partir de la relación que establece con Holly (Marisa Tomei), una madre soltera que lo va a iniciar en las delicias de la madurez y con un poco de suerte, lo ayudará a superar su vacío existencial para volver a intentar tener una relación con su hijo al que no ve hace años.
Escribiendo de amor tiene un puñado de aciertos pero el principal es un elenco con grandes actores como Allison Janney, J.K. Simmons y claro, Marisa Tomei -la hipótesis de un "queremos tanto a Marisa" no suena para nada descabellada- y si bien no es una gran película, tiene un factor irresistible: Hugh Grant. Para muchos, eso es más que suficiente.