Bombas de tiempo
La desidia como sinónimo de asesinato es el punto de partida de Escuela bomba (2019), una película que recopila datos sobre un hecho que sacudió la consciencia colectiva sobre el día a día docente, y que sostiene que Sandra y Rubén murieron porque el Estado los ignoró y eso no puede ser llamado “accidente”.
Una explosión de gas se llevó la vida de la vicedirectora y el encargado de una escuela en Moreno, y reveló la problemática de fondo sobre la infraestructura de las escuelas abandonadas por los gobiernos, en este caso ubicada específicamente en una localidad, pero como una realidad calcada en un montón de lugares. De hecho, en el camino que acompaña la película, se despertaron las inspecciones urgentes que descubrieron muchísimas más escuelas en riesgo, como bombas de tiempo.
“Soy herrero, yo sé lo que es una reja y la explosión la arrancó” relata un vecino sobre la brutalidad de la explosión que arrancó una porción de la comunidad del barrio. Afortunadamente el potente sentido de pertenencia de las personas comprometidas con la realidad, desencadenó una serie de acciones militantes, políticas y sociales que fortalecieron una lucha por la dignidad.
La película registra y conecta las problemáticas dentro de la esperanza, los conflictos de la lucha de las hormigas que se encuentran en choque con la necesidad de la protesta y a la vez una urgencia que depende de ellos, como el hambre de los chicos. ¿Cómo se avanza sobre la indiferencia? ¿cómo se transmite el valor de la lucha?, el documental propone conocer y reconocer las caras y los cuerpos cargados de esperanza y de convicción por modificar la realidad.