Buceando en el día a día de una escuela de artes de San Clemente del Tuyú , la directora logra trascender las fronteras del documental estático.
Los jóvenes que asisten a la escuela hablan, viven, respiran, se impulsan, y allí está la cámara para hablar de otra juventud, no abúlica, al contrario, impulsiva, apasionada y creadora.