El fútbol es pasión, entrega y sacrificio. El mejor ejemplo de ello se dio el 8 de octubre de 2012, cuando más de cien mil simpatizantes e hinchas de River Plate unieron la vieja cancha de Alvear (hoy Libertador) y Tagle con el estadio Monumental con l bandera más larga de un club de fútbol: casi 8 kilómetros de extensión. Ello, sin embargo, pasó a ser una excusa. Lo verdaderamente significativo de este multitudinario acto fue el amor de esos riverplatenses por su camiseta y por sus jugadores en el momento más duro de su historia, cuando el equipo perdió la categoría.
Federico Peretti se internó con su cámara en todos los detalles de la construcción de esa bandera: la recolección de la tela, la costura en talleres secretos para resguardar su seguridad.
El documental, sin embargo, no se detiene sólo en mostrar esos momentos felices sino que aparecen en pantalla, con emocionadas palabras, varios de los centenares de hinchas que habían dedicado su tiempo y su trabajo a concebir y darle forma a esa bandera, además de varios y recordados jugadores del club, como Beto Alonso, Amadeo Carrizo, Enzo Francescoli y Ariel Ortega, que no pueden ocultar su orgullo frente a esa ciclópea muestra de cariño hacia un River Plate que, en las buenas o en las malas, sabe del fervor de sus seguidores.
El film habla, fundamentalmente, de esa pasión que se siente por un equipo de fútbol, una pasión que deja de lado la violencia para apuntar a la calidez más extrema y a la alegría más contagiosa. El realizador supo poner en pantalla, pues, estos elementos apoyado por un impecable equipo técnico que realza este grito de entusiasmo por un club de fútbol.