Pasión, emoción y transpiración
La pasión es algo que no se puede racionalizar ni explicar sin reducirla a un mero estado anímico que mezcla la locura con el enceguecimiento feroz ante cualquier obstáculo de la realidad. Tal vez el lugar más adecuado para llegar a tomar verdadera conciencia de lo que significa no sea otro que el fútbol (ni siquiera el automovilismo o cualquier otro deporte, ya sea individual o de equipo, reúnen estas características).
El problema radica en ubicar la pasión en otros ámbitos como por ejemplo la militancia política tanto en la coyuntura general como en el microclima particular e interno de un club de fútbol.
Esos colores que llevás documenta sin otra mirada que la del testigo de un acontecimiento singular y sin precedentes el efecto que genera el amor por un cuadro o el sentido de unión cuando se tiene en claro un objetivo concreto y alejado de toda especulación económica o política que hoy por hoy es exactamente lo mismo.
El trabajo realizado por Federico Peretti (El otro fútbol, 2009) otorga al hincha anónimo, sin sponsors más que el sentimiento por River Plate, el lugar merecido, esquivando rápidamente los oportunismos y concentrado también en el único y noble objetivo: dejar registrado el proceso de confección de la bandera más larga del mundo dando voz a sus artífices sin distinciones de roles y explotando esa irracionalidad en cada testimonio a cámara, que se suma a las voces de símbolos futbolísticos del pasado para la rica historia de este cuadro centenario.
Nueve meses de trabajo y de recolección de retazos de trapos que cada hincha aportó –recordemos que en esa época el cuadro de Nuñez intentaba desde la primera B recuperar la categoría-, además de su compromiso y esfuerzo personal, dieron por consumado el desafío de poner a River Plate en el libro Guinnes; recorrer el mundo a través de los medios que se hicieron eco inmediatamente de la hazaña y recuperar la sensación de que lejos de los barra brava y la dirigencia se pueden lograr cosas imposibles como haber llegado a reunir más de 120 mil hinchas el 08/10/2012 desplazados entre la avenida Libertador y Tagle –donde estaba el viejo estadio de River allá por 1923– hasta el Monumental de Nuñez. Una distancia aproximada de 70 cuadras, con una bandera rojiblanca extendida y miles de personas consumando el hito para la historia riverplatense.
Si algún espectador logra por un momento abstraerse y deja de lado la imagen de River Plate y lo que representa como institución deportiva o club social seguramente entrará en sintonía muy rápido con el trabajo de Peretti, aunque si simpatiza con el millonario mucho mejor aún.
Lo que debe destacarse es que en Esos colores que llevás no hay jerarquía ni verticalismo a la hora de conocer las voces porque prevalece el hincha por encima del simpatizante o del ex jugador de fútbol para otorgar la verdadera dimensión dentro de lo sociológicamente analizable pero sin escapar ni un segundo de la emoción y la transpiración por lo que se ama.