Síndrome de Estocolmo
Se podría abordar Espejito, Espejito a partir de la creciente relación de Hollywood con la reversión de los cuentos de hadas. En los últimos años, a partir de una importante carencia de ideas que afecta a la industria cinematográfica, los productores se ven en la necesidad de establecer estilos modernos (o a lo sumo paródicos) a estructuras clásicas. Ya no alcanza con la esencia misma que promueve el material literario; ahora deben impregnarse recursos que sean propicios para el siglo XXI. Ya no se compra un discurso tan irreal, por lo que las películas deben bajar de su pedestal extremadamente fantástico para colocarse a la altura del público. Un público que -sacando al sector infantil, que todavía conserva una natural capacidad de asombro- pide una vuelta de tuerca a lo que ya conocen.