Las protestas, por disruptivas y caóticas que puedan parecer, no pocas veces fueron la piedra fundacional de cambios en la sociedad. Si bien es habitual verlas integradas por ciudadanos o trabajadores que se sienten abusados, al ser ejecutadas por estudiantes es cuando la cuestión adquiere otra perspectiva. Jóvenes, algunos prácticamente adolescentes, que crecen de golpe al verse obligados a dar una batalla sin cuartel por sus derechos. Espero tu (Re)Vuelta es una de esas historias.
Espero tu (Re)Vuelta: Retrato de una Denuncia
Espero tu (Re)Vuelta presenta una factura visual bastante nítida, tanto de su material grabado en vivo (varias veces en circunstancias extremas) y el material de archivo. Por otro lado, debe decirse que es un documental que busca denunciar más que entretener, y debe ser visto con ese planteamiento en mente.
El documental busca conmover al espectador con la enorme desventaja social que atraviesan los estudiantes brasileños de escuelas públicas, con el empujón final hacia el abismo que supondría el quitarles la educación, la única manera que ellos ven de salir adelante o poder sobrellevar mejor la desigualdad en la que se encuentran.
Todo esto, por no decir lo que supone la presidencia de Jair Bolsonaro como mordaza que apunta a callar estas protestas. Ello no es solo un planteamiento que hace el film y sus sujetos, sino una evidencia indiscutible (cortesía de un selecto material de archivo) en donde se ve y se oye claramente al mandatario llamar a cualquier tipo de activismo (estudiantil o no) un “flirteo con el socialismo y el comunismo”
Sin embargo, por noble y necesario que sea su propósito, incluso si la idea es denunciar, el interés del espectador debe ser sostenido. No es la lucha lo que se está criticando acá ni tampoco el lado que claramente están tomando, sino cómo se está contando la historia de esa lucha utilizando el lenguaje cinematográfico y el ritmo narrativo. En lo primero destacan, pero en lo segundo es donde la cuestión se complica.
Siendo un documental que tiene como marco de referencia años específicos, e incluso históricos, una progresión en la narración es fundamental. Espero tu (Re)Vuelta parece seguir esa progresión en un principio, pero hacia la mitad del film esa organización se pierde, volviéndose un rejunte. Se va de lo particular a lo general como bola sin manija, rematando cada tanto con imágenes de inconfundibles represiones policiales, alternadas con imágenes de hermandad entre estudiantes.
Hay verdad, hay honestidad, hay compromiso, pero también paciencia desafiada. Esa que dice “esto ya lo mostraste, puedo recordarlo”. Un ejemplo es la información de cuantas meriendas escolares vale una granada de gas lacrimógeno. La estadística, mencionada una vez, provoca impacto en el espectador; reiterarlo significa no confiar en él. No confiar en que está escuchando tu denuncia.
En Espero tu (Re)Vuelta las partes conmueven: su denuncia llega, su sufrimiento se comprende, la inactividad e indiferencia de los funcionarios electos se palpa, el exceso de fuerza de las autoridades duele. Estamos hablando claramente de un objetivo cumplido. Es el funcionamiento de esas partes como un todo lo que le juega en contra al producto final.