“La juventud es el motor del cambio”. Más que una frase hecha, Esta es prácticamente una verdad universal. Y el documental de Eliza Capai no hace más que ratificarla al plasmar la lucha estudiantil de los jóvenes brasileños en los últimos años; un film tan enérgico y valiente como sus mismos protagonistas.
Espero tua (re)volta es narrada (e impulsada) por tres jóvenes que viven la revolución en carne propia. Nayara, “Koka” y Marcela tienen personalidades muy diferentes, sin embargo los hermana una misma causa. Los tres son estudiantes de la escuela pública en un sistema educativo y social que parece jugarles en contra. Recortes presupuestarios, reorganizaciones estructurales y cierres de establecimientos escolares; al Estado parece preocuparle poco su futuro. A fuerza de voluntad, ellos al igual que miles y miles de compañeros comienzan a protestar por sus derechos. Llevando a cabo movilizaciones masivas y actos de protesta que van desde cortes, huelgas e incluso tomas de escuelas, ellos buscan que sus voces sean escuchadas.
El documental se nutre de las experiencias personales de sus tres protagonistas para darle un marco de entendimiento al origen y evolución de la corriente de lucha estudiantil en Brasil a partir del 2015. Documentando no solo sus tropiezos y grandes logros a modo de registro histórico, sino también permitiéndose ser una examinación en primera persona de las sensaciones que conlleva generar una revolución. En cierta manera, también es un retrato de su camino a la adultez. Porque que la edad no los engañe, estos chicos podrán no accionar para el beneplácito de los adultos pero sin duda tienen una conciencia social más elevada que la de sus mayores. Sin embargo, el entorno es hostil. Con la opinión pública en contra, los medios de comunicación mirando hacia otro lado, y la policía reprimiendo de forma extremadamente violenta, la resistencia se hace cada vez más difícil. Y la asunción de Jair Bolsonaro solo promete hacer las cosas más complicadas.
Espero tua (re)volta es una película vibrante de principio a fin que nos recuerda que si existe alguna esperanza para realmente cambiar el status quo, tomemos de ejemplo a los chicos. Esos chicos que (también) alguna vez supimos ser.
*Review de Javier Puma