"Nadie sospecharía jamás de una paloma"
Por Denise Pieniazek
Espías a escondidas es una divertida animación sobre espías que sorprende gratamente. Una película para disfrutar en familia, tanto grandes como chicos, que posee entrelíneas un lindo mensaje pacifista sobre la política actual de trasfondo.
Espías a escondidas (Spies in Disguise, 2019) es una lograda animación producida por Blue Sky Studios y 20th. Century Fox Animation. Para sus dos directores Nick Bruno y Troy Quane, es la primera experiencia como directores de largometrajes, sin embargo, ambos poseen grandes experiencias en reconocidas obras animadas dirigidas principalmente a un público infantil.
Espías a escondidas nos trae la historia del incombatible espía norteamericano Lance Sterling (cuya voz es realizada por el carismático Will Smith, la cual está bien imitada en la versión doblada al español), quien pasa de ser el más exitoso agente a ser acusado de traición por la agencia secreta para la cual trabaja. A su vez Walter Beckett (con la voz Tom Holland) es un joven científico que realiza inventos extravagantes para la misma agencia situada en Washington DC.
Tras dicha acusación, Lance acude a Walter para que lo ayude a camuflarse, mientras intentan juntos atrapar al verdadero villano. El universo de espías y “crimen” está muy bien retratado desde el comienzo del relato a través del sistema de créditos iniciales cuya estética remite al gran Saul Bass (quien diseñó créditos de notables películas de Hitchcock, entre muchísimas otras). A partir de allí Espías a escondidas se torna muy divertida en los avatares en que Lance Sterling debe transitar convertido en una paloma, que resulta ser el camuflaje perfecto para poder continuar con su misión.
Al comienzo del relato se establece la tradicional rivalidad entre Estados Unidos (del lado del bien) y Japón como los villanos (por supuesto desde la perspectiva norteamericana). Posteriormente el verdadero villano, cuya motivación radica en hechos sufridos en el pasado –bajo la premisa “la violencia trae más violencia”- posibilita la disolución de la dicotomía binaria entre buenos y malos, evidenciando que ninguno de los dos bandos actúa de forma éticamente correcta para los ideales que propone la película. En dicho sentido, la originalidad de Espías a escondidas radica en una moraleja pacifista, propuesta por Walter quien cree que es posible combatir el “mal” sin recurrir a la violencia, con nuevas “armas”.
Mediante constantes y acertados momentos de comicidad, algunos de ellos con apelaciones divertidas a la pop culture, y un excelente empleo del soundtrack (ideal sobre todo para los amantes del Hip-Hop) Espías a escondidas es una contundente y alegre propuesta para disfrutar, que agradará tanto a los más chicos, como a los más grandes.