Es la típica película de agentes secretos, pero que ahora llega en formato animación. Su guion poco creativo es la principal causa de que para los chicos pueda resultar entretenida pero un suplicio para sus acompañantes mayores.
Dirigida por Troy Quane y Nick Bruno y escrita por Brad Copeland llega a los cines argentinos Espías a Escondidas (Spies in Disguise, 2019), una aventura animada que se centra en las misiones del famoso espía Lance Sterling (Will Smith) al que luego de un trunco trabajo al intentar recuperar un valioso artefacto, que cayendo en las manos equivocadas puede hacer que el bienestar del mundo peligre, lo empiezan a incriminar y culpar de traición ya que otra persona se está haciendo pasar por él. En pleno escape de sus superiores, Lance terminará recurriendo a una joven promesa que se encarga del desarrollo de armamento y utensilios tecnológicos, que previamente fue despedido por el propio Sterling, llamado Walter Beckett (Tom Holland), un muchacho que tiene más ganas de cambiar el mundo que oportunidades para hacerlo y gracias a su particular forma de ver el mundo muchos le dan la espalda. Pero cómo si esta nueva alianza no fuera todo, Lance terminará convirtiéndose en una paloma gracias a uno de los experimentos de Walter y en el medio de la búsqueda de un antídoto que lo vuelva a su cuerpo ambos emprenderán un viaje a través del mundo para encontrar a quién se está haciendo pasar por él para poder limpiar su nombre y salvar al mundo.
A lo largo de de los 102 minutos de duración que tiene este film, quizás el peor error que esta cinta posea es el de su guion simple y previsible ya que este es sólo un conjunto de diferentes historias de espías puestos en una sola trama. Desde que comienza hasta que termina, la película no ofrece ningún tipo de sorpresa o vuelta narrativa que produzca en el espectador un verdadero interés y la principal razón es que el nudo de la trama no es para nada original. Obviamente, esta película en particular es el típico caso que puede referirse como “una película para chicos” ya que si bien la trama no es para nada interesante, los más pequeños la encontrarán divertida por su humor físico, muchas veces excesivo y sin sentido, y sus secuencias coloridas. Lamentablemente sus desarrolladores no tuvieron en cuenta a quienes sirven de acompañantes ya que básicamente es una invitación al aburrimiento, salvo por escasos momentos.
En cuanto a la animación no hay nada novedoso, si bien es una cinta que se ve bien no sorprende en ningún momento. Ni los fondos y mucho menos la creación de personajes dan el salto de calidad necesario como para que se recuerde esta película. La edición de sonido y la composición de la banda sonora tampoco dan la talla ya que por momentos se elige, sin ningún tipo de propósito narrativo puntual, acentuar más uno que otro y en el metraje final eso queda muy desprolijo y es inmediatamente reconocible. La selección de los actores para poner las voces es correcta pero no mucho más que eso. Siendo Will Smith el único que le da un poco de valor a su personaje, básicamente está inspirado en él, el resto de las voces no parecieran tener ningún sentido de ser conocidas. Ni siquiera Tom Holland puede hacer con su reconocible voz hacer de que su personaje sea un poco más entrañable y mucho tiene que ver con el hecho de tener que cambiar su acento natural y ponerle uno totalmente aleatorio que le sacan su sentido de pertenencia.
Espías a Escondidas es la típica película que funciona durante el momento pero que minutos después cae en el olvido intempestivamente. Un guion que busca la conexión con los más chicos pero que se olvida totalmente de los más grandes proporciona diversión sin fundamentos en toda su duración. Ni las voces de actores reconocidos a nivel mundial logran levantar ésta película que terminará pasando sin pena ni gloria por las salas de cine.