El polaco Jerzy Skolimowsky siempre fue un caso aparte en las cinematografías de Europa del Este: cuanto más ideologizado era el cine de su país (aquel de Andrej Wajda o Krysztof Zanussi), mayor era el uso de la fábula narrativa clásica, de la aventura, en su cine. Así, ha logrado una obra –con films como “El grito” o “Proa al infierno”– mucho más universal y cuya vibración permanece a través del tiempo. “Essential Killing” es uno de esos films que parte de una circunstancia muy precisa para volverse universal. Vincent Gallo interpreta a un combatiente afgano hecho prisionero por la coalición liderada por los EE.UU. (que integró también Polonia) que, trasladado a Europa, logra escapar –o lo intenta– en medio de un paisaje hostil, de un bosque invernal. El film carece casi de diálogos, y muestra las aventuras –no se les puede llamar de otra manera– de un hombre sometido a una situación límite que, poco a poco y solo por necesidad de supervivencia, se envilece. El clima es tenso, con un notable uso de los exteriores y el suspenso de cualquier buena obra narrativa. Skolimowsky logra algo notable: utiliza el contexto político solo como punto de partida, y finalmente hace que ese personaje, del que todo nos separa, nos despierte una enorme empatía. Hay momentos molestos, un notable uso de la violencia –que aparece solo en los momentos necesarios– y una transfiguración del actor en un ser salvaje, mitad víctima y mitad victimario. De esto trata, finalmente, la humana aventura.